Un menor de 16 años ha fallecido el día después de jugar un partido con el Malaka de Tercera División Andaluza. El jugador murió en su domicilio de manera repentina y algunos medios locales informan de que podría haber sufrido un infarto.

La muerte del menor reabre el debate sobre el control de los jugadores y las muertes repentinas en el fútbol español. El fallecimiento ha conmocionado al Malaka y al fútbol base andaluz.