El delantero Iago Aspas lideró en Balaídos la remontada del Celta ante el Villarreal (3-2), en un partido que el conjunto visitante dominaba por dos goles al descanso pero que sucumbió durante la segunda mitad ante el acoso celeste. El equipo vigués se refugió en los goles de Aspas, que volvía a los campos después de tres meses de lesión, para romper su crisis de resultados y acercarse a la permanencia.
Balaídos trató de contagiar su energía al equipo celeste desde el comienzo, pero ese empuje apenas se concretó en el campo con un tiro raso de Maxi Gómez desde fuera del área. El Celta defensivamente es un equipo que se quiebra con facilidad, tan endeble como demostró el Villarreal durante los primeros quince minutos.
El primer ataque visitante llegó con un lanzamiento desviado de Chukwueze, tras una buena combinación. No necesitó elaborar muchos pases el Villarreal para crear peligro. Lo demostró poco después Chukwueze con un contragolpe que nació en su campo en un saque de banda.
Y un par de minutos más tarde, esos avisos se concretaron con dos goles, sencillos para el conjunto visitante, facilitados por la débil zaga celeste. Tras un saque de esquina, la pelota llegó al lado contrario, donde apareció solo Mario para sacar un cómodo centro que empujó a gol Ekambi. Tres minutos después, Pedraza avanzó treinta metros con el balón en los pies, sin apenas oposición, libre, se fue dentro del área de Costas, Brais, Lobotka, regateó al portero Rubén y marcó.
Con dos goles en el primer cuarto de hora, el Villarreal silenció Balaídos, que silbó las numerosas imprecisiones de pase de su equipo, la falta de juego, el escaso carácter combativo. Ni tan siquiera la presencia de Aspas agitó al Celta.
Sus ocasiones fueron escasas: un córner muy cerrado que tuvo que despejar Asenjo, un par de disparos lejanos de Brais y un tiro forzado de Aspas. El Villarreal, sin problemas con su defensa de cinco, se acomodó bien al guión del partido: esperó e intentó aprovechar los errores defensivos del Celta, como hizo, a diez minutos del descanso, Chukwueze cuando se deshizo de Costas con un movimiento sencillo y se plantó ante Rubén, que rechazó el tiro.
Fran Escribá no hizo cambios en el descanso. Pero la disposición del Celta fue distinta. Se apoderó de la pelota, Aspas intervino más en el juego, con un ritmo más alto el equipo vigués encerró al Villarreal. Brais y Okay probaron con varios lanzamientos.
Se animó Balaídos, que explotó a los cinco minutos de la segunda parte con un magistral lanzamiento de falta de Aspas que acabó en gol. Sólo los errores defensivos del Celta le dieron algo de vida al Villarreal en la segunda mitad. Un fallo de Hoedt en un pase dejó a Ekambi mano a mano ante Rubén, que evitó el gol.
Esa ocasión fue la única para el equipo de Calleja, que sobrevivió al pequeño asedio del conjunto gallego: Asenjo despejó un cañonazo de Hugo Mallo, Boufal remató desviado cerca del área pequeña cuando estaba solo. El tanto del empate llegó mediada la segunda parte cuando Maxi Gómez cabeceó un buen centro de Olaza.
No decayó ahí el empuje local. Continuó el Celta con su acoso, superior, con el Villarreal hundido, sin respuestas, sin capacidad de reacción. Aspas lo intentó con un testarazo, minutos después Asenjo tuvo que estirarse para evitar un gol de Brais.
Cerca del final, en el minuto 82, el Celta tuvo su premio: Víctor Ruiz derribó a Brais dentro del área, el VAR asesoró al árbitro y Gil Manzano pitó un penalti que marcó Aspas, el eterno héroe de Balaídos, un gol para certificar la remontada celeste y para que Balaídos sueñe con la permanencia.