Antoine Griezmann ha vuelto por sus fueros después de sus grandes actuaciones en los últimos partidos con el Barcelona. Tras su partidazo ante el Villarreal, el galo se lesionó contra el Valladolid y regresó de nuevo ante el Nápoles... pero su presencia se limitó a poco.

Porque de los tres de arriba, y de los once que salieron de inicio, Antoine fue el más flojo con diferencia. Sin presencia ofensiva, esta vez su labor defensiva en la presión no destacó y no 'incordió' al Nápoles en la primera línea de presión.

No estuvo fino, y pareció desconectado tanto de sus compañeros como del partido en sí. Tuvo errores técnicos que no son propios de un jugador que ha costado 120 millones de euros.

Quique Setién, tardío en los cambios, se dio cuenta de la situación del galo y fue su primera sustitución. El francés, en el minuto 84, se marchó andando del verde para dar entrada a Monchu. El partido, 3-1 en el Camp Nou y 4-2 en el global, estaba casi decatando en aquel momento.

A su favor, el hecho de que Griezmann fue el autor del vital gol en San Paolo, que contrarrestó la diana de Mertens y que hizo que el Barcelona llegara en ventaja, por el gol anotado fuera de casa, a la eliminatoria en el Camp Nou.

Los azulgranas ya son equipo de cuartos, donde se enfrentarán a un Bayern de Múnich que barrió al Chelsea en su eliminatoria.