Mientras los Reyes Magos de Oriente se preparaban para dejar los regalos a los más pequeños, el mundo del baloncesto estaba haciendo historia en la noche del 5 de enero. Real Madrid y EFES disputaban un partido interminable en el Wizink Center. Un partido que se decidió en la cuarta prórroga.
Nunca antes se había disputado un partido de tal duración en la Euroliga. La anotación también fue de récord: 130-126 vencieron los de Chus Mateo.
El técnico calificó el encuentro de "asombroso": "Ellos merecieron ganar y nosotros merecimos ganar. Luchamos hasta el final. posiblemente sea imposible ver otro partido como este en la Euroliga".
Mario Hezonja, uno de los héroes de la noche (forzó la cuarta prórroga con una canasta), no podía esconder su sonrisa al finalizar el encuentro: "Hemos perdido este partido diez veces, pero siempre hemos vuelto con carácter y con el ADN del Madrid".
Porque esa es una realidad. El Madrid tuvo el choque muy cuesta arriba en casi la totalidad de las prórrogas que se disputaron. Pero en todas sobrevivió. Sacando una casta de campeón que está demostrando en este año de números de récord, marchando líder en todas las competiciones.
Sesenta minutos de juego efectivo y en total tres horas de partido. Así fue la noche de Reyes para un Real Madrid que regaló a sus aficionados una exhibición en toda regla.