El futuro ya está aquí. Y no es como 'Blade Runner' se lo imaginaba hace 35 años. Nuestra realidad no es la jungla de microchips y acero de 'Blade Runner' ni el conglomerado de ciudades contaminadas y violentas de 'Akira', ambas ambientadas en 2019.

En la película los vehículos vuelan y es casi imposible distinguir a los replicantes de los humanos. Una predicción futurista que no ha llegado a acertar del todo, aunque Elon Musk esté a la carrera por revolucionar el transporte y existan robots con una inteligencia artificial muy desarrollada.

En el 2019 de 'Blade Runner' han llegado a colonizar el espacio pero siguen comunicándose con teléfono fijo. Es una ciudad invadida por neones, oscuridad y contaminación, casi igual que el Neo Tokio de 'Akira', también ambientada en 2019.

Los hologramas de la cinta japonesa están a la orden del día. Aquí en nuestro 2019 estamos incluso más avanzados. Llevamos años, por ejemplo, disfrutando de conciertos holográficos.

'Akira' también predijo los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020. Pero no, la tecnología de momento, no ha invadido nuestros cuerpos. Y no vivimos en ciudades sobre explotadas, violentas y contaminadas. No todos, al menos. Y la idea es avanzar hacia todo lo contrario, además, apostando por las ciudades sostenibles.