"Es la última ocasión que seré el presentador de estos premios, así que ya no me importa. Bromeo, nunca me importó. Vamos a reírnos. Recuerden, son solo chistes, todos nos vamos a morir pronto". Estas fueron las palabras con las que el comediante Ricky Gervais comenzó a presentar la 77º edición de los Globos de Oro. Era su peculiar forma de avisar a los presentes de que venían curvas. Y así fue.

Por quinta ocasión, Ricky Gervais conducía la gala de los Globos de Oro, y aprovechó su presencia sobre las tablas de la gala para recordar, a sabiendas del mordaz monólogo que iba a exponer en la gala, el despido de Kevin Hart: "Fue despedido de los Oscar por sus viejos tuits ofensivos. Qué suerte para mí que la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood no entienda inglés".

Sobre lo que vino después se puede decir que nadie se lo esperaba. Una vez más, Gervais sorprendió y no se cortó ni un pelo. Hizo uso de su ingenio para reírse de muchos de los asistentes a los premios, lanzando críticas a todo el que podía, tanto a los que pertenecen a la industria como a los que no.

Leonardo DiCaprio, una de las celebridades presentes en la gala, fue 'víctima' de uno de los chistes del humorista. Gervais, que acababa de burlarse de la crítica de Martin Scorsese a las películas de Marvel, desvió la atención del público al protagonista de la última película de Tarantino y bromeó sobre la edad de sus novias. "DiCaprio estuvo en el estreno de la película 'Érase una vez... en Hollywood'. Cuando terminó, su novia ya era demasiado mayor para él".

Pero este dardo al actor fue de lo más suave de la noche. Gervais también se acordó de la actriz Felicity Huffman, que salió en libertad bajo fianza en marzo por su implicación en un escándalo relacionado con sobornos para acceder a universidades estadounidenses. "Yo he venido en limusina esta noche y la placa de mi matrícula ha sido fabricada por Felicity Huffman", dijo el presentador. El doble sentido de esta frase se esconde en que, en Estados Unidos, las placas de las matrículas suelen estar fabricadas por los presos de las cárceles.

Hablando de figuras de Hollywood en prisión, el comediante hizo mención al suicidio de Jeffrey Epstein, condenado por tráfico de menores y tachado de "depredador sexual", en su celda en el Centro Correccional Metropolitano en Manhattan. Gervais, que estaba anunciando que la segunda temporada de su serie 'After Life', de Netflix, vería pronto la luz, dijo lo siguiente: "Es una serie sobre un hombre que quiere suicidarse porque su mujer ha muerto de cáncer. Es aún más divertida de lo que suena. La segunda temporada está en camino, por lo que evidentemente mi personaje no se suicida. Justo como Jeffrey Epstein (...)". Y añadió: "Yo sé que era amigo vuestro, pero no me importa".

El comediante no paró de lanzar 'zascas' y 'ataques' a lo largo de la gala, y no solo se refirió a personas concretas. También lanzó órdagos al aire dirigidos a todos los presentes: "Me parece una idea genial que 800 personas quieran salvar el planeta y acuda cada uno en su limusina a tomar algo vegano".

Precisamente, sobre el calentamiento global y la crisis climática que atraviesa el mundo Ricky Gervais también quiso hacer su valoración. "Si ganan un premio esta noche, no usen esto como una plataforma para hacer discursos políticos. No están en posición de aleccionar al público sobre nada. No saben nada sobre el mundo real. La mayoría de ustedes estuvieron menos tiempo en la escuela que Greta Thunberg. Así que si ganan, tomen el premio, agradezcan a su agente, a su Dios y lárguense de aquí." Así puso la guinda a un pastel que seguro no todos disfrutaron en la noche de los Globos de Oro.