"Llevo cuatro meses sobria. Me siento mejor que nunca y estoy radiante" anunciaba la actriz y cantante Miley Cyrus en un directo en su perfil de Instagram. La artista, que ha declarado que ya solo encuentra las drogas placenteras "a nivel estético", siempre ha hablado abiertamente de su relación con diferentes sustancias.

Una historia llena de idas y venidas, en la que Miley Cyrus ha cambiado de postura en relación al consumo de drogas en múltiples ocasiones. La artista se cruzó por primera vez con estas sustancias cuando todavía llevaba una peluca rubia y era conocida como 'Hannah Montana'.

El secreto de Hannah

El pasado marzo, en el programa 'Ru Paul's Drag Race', preguntada por el presentador por el final de la estrella ficticia de Disney, Cyrus hizo un guiño al consumo de sustancias en aquella época. "¿Qué pasó con ella?", se planteaba Ru Paul. "Muchas drogas", respondía la cantante entre risas.

Una revelación que rompía en cierto modo el recuerdo naíf de aquella Miley Cyrus que en 2009, cuando la serie continuaba en emisión, afirmaba con rotundidad que "las drogas son para idiotas". "Yo nunca seré esa persona", aseguraba entonces.

Un 'despertar' similar al que vivieron los seguidores de aquella generación Disney, la de Selena Gomez, los Jonas Brothers y Cyrus, entre otros, cuando Demi Lovato confesó en el documental 'Simply Complicated' (2017), que en ese mismo año, 2009, consumió cocaína por primera vez, al tiempo que trabajaba en la saga adolescente 'Camp Rock'. Por su parte, Joe Jonas recordó en una entrevista la presión que tanto Cyrus como Lovato ejercían sobre él para que probase la marihuana hasta que lo hizo.

Pero la relación de Miley con las drogas se intensificó al decir adiós a Hannah. El deseo, casi necesidad, de rebelarse tras años 'encorsetada' por las estrictas normas de conducta y exigencias de Disney, acercó a la artista a una aparente liberación que tenía como pilar fundamental el consumo de sustancias.

Deseo de liberarse

En 2013, Cyrus volvió a alzarse como estrella pop con el estreno de 'We Can't Stop', una canción que mostraba a una Miley que se divertía, bailaba "como si estuviera en un club de striptease" y se mostraba como era sin complejos.

Sin embargo, algunas partes de la canción llamaron la atención de sus 'fans'. La artista, que planteaba en letra una fiesta en su casa, afirmaba estar "bailando con 'molly' (éxtasis)" y tener a todo el mundo "en fila en el baño esperando a conseguir una raya".

En su momento, Cyrus achacó la polémica sobre su supuesta referencia al éxtasis como un error causado por "su acento", ya que ella decía "Miley" y no "molly". No obstante, en una entrevista para 'ELLE' en 2019, la artista confirmó que "su mayor canción" trata sobre "bailar con éxtasis y esnifar cocaína en el baño".

La época del álbum 'Bangerz' (2013) fue especialmente intensa en lo que se refiere a las drogas, con una constante apología del consumo de marihuana. Así lo justificaba la artista: "Creo que el alcohol es mucho más peligroso que la marihuana. He visto a mucha gente entrar en una espiral con el alcohol, pero nunca he visto que pase eso con la marihuana". Una droga que defendía constantemente y a la que llegó a llamar "la mejor del mundo".

Cyrus admitía haber probado la cocaína, pero aseguraba que era "desagradable y muy oscura". "Hollywood es una ciudad de 'coca', pero la marihuana y el éxtasis son mejores. Esas son 'drogas felices', 'drogas sociales', que te hacen querer estar con amigos", afirmaba la cantante. Ambas sustancias marcaron también el lanzamiento de su álbum psicodélico 'Miley Cyrus & Her Dead Petz'.

Un adiós progresivo

En 2017, tras dos años sin publicar música, la cantante sacó el disco 'Younger Now', en el que se mostraba una imagen y mensaje notablemente más moderados. Ese año, Cyrus reveló que estaba "evolucionando" y había dejado la marihuana, algo que "simplemente quería hacer". "Quiero estar realmente limpia porque me apasiona lo que estoy haciendo con este álbum, quiero asegurarme de que estoy con la mente clara cuando hablo", explicaba.

Una época que anunció que había terminado a finales de 2018, cuando retomó el consumo de marihuana, a excepción de cuando trabajaba, influenciada por su madre.

Sin embargo, unos meses más tarde, Miley decidió acabar su relación con las drogas después de que, según declaraban fuentes cercanas a la artista, el consumo excesivo de alcohol y "ciertas sustancias" por parte de su ahora exmarido, Liam Hemsworth, fuera clave en su ruptura.

De esta manera, el pasado 16 de agosto, la artista lanzó la canción 'Slide Away'. Un tema en el que se desmarcaba de las drogas: "Quiero mi casa en el campo, no el whisky y las pastillas". El vídeo que acompaña a la canción hace una clara referencia al de 'We Can't Stop'. Entonces, Miley aparecía en una fiesta en la piscina que parecía no acabar nunca, riéndose y jugando en el agua.

Ahora, la artista dirige una mirada cansada a la cámara mientras en un fondo difuminado la gente se mueve y las botellas flotan en la piscina. Ha amanecido, la fiesta ha terminado y "hemos crecido".