'Las paredes hablan' y España se despide. El 3 de febrero se producía el estreno en cines de la película documental de Carlos Saura, una reflexión sobre el origen del arte y la pulsión artística. Una semana más tarde, el director oscense fallecía a los 91 años, a solo un día que se celebren los Premios Goya en los que será reconocido con el 'cabezón' de honor. Saura ya no recogerá la estatuilla de los premios del cine español, pero sí estará más que presente en la gala, a la que acudirá su familia en su nombre. Ya estaba en duda su presencia, no obstante, debido a su delicado estado de salud, delicado desde la caída sufrida en septiembre pasado y que le impidió acudir personalmente al Festival de San Sebastián para presentar su último trabajo.
El documental, rodado en 14 localizaciones —entre ellos, las Cuevas de Puente Viesgo y Altamira, en Cantabria; el Yacimiento de Atapuerca, el Museo de la Evolución Humana y el Safari Paleolítico Vivo, en Burgos; y en varias calles de Madrid y Barcelona donde el graffiti es el protagonista—, propone un viaje a los orígenes del arte que conecta las pinturas de las cuevas prehistóricas con el arte urbano más reciente, y en el que participan expertos como Pedro Saura y Juan Luis Arsuaga y artistas como Miquel Barceló y los creadores urbanos Suso33, Zeta o Musa71, entre otros.
En una entrevista con la agencia EFE, Saura explica que se trata de un proyecto que nació de José Morillas, el propio guionista. "Siempre me ha fascinado el arte y el hombre y su evolución. De pequeño me castigaban por ser darwinista en el colegio de monjas, la maestra me dijo un día 'A ver, Saura, ¿usted de verdad cree que el hombre viene del mono?' Y yo le dije 'Y de mucho más allá' y me sacó de clase", recuerda. El proyecto de 'Las paredes hablan' ya le pareció "precioso" a Saura desde sus inicios, aunque al principio "estaba más centrado en los orígenes del arte" y poco a poco evolucionó "hasta el resultado final".
En 'Las paredes hablan' Saura plantea "que el arte y la creación del arte son parte de la esencia del ser humano, por mucho que pasen los años, por mucho que cambien las épocas o las modas". El propio Saura recordaba cómo en su casa siempre "se fomentaban las artes", dado que su madre era pianista. "Aunque nunca quiso que ninguno de los hermanos nos dedicáramos a eso porque decía que era muy duro. Poco a poco me fui desarrollando como fotógrafo, fui al festival de Granada como fotógrafo oficial y ahí empecé a moverme en el mundillo, pero nunca me hubiera imaginado dirigir más de 50 películas, haber dirigido ópera, teatro, haber hecho exposiciones de fotos, haber publicado novelas… ya se sabe, a la vejez, viruelas".
"Mi primera vez en el cine fue para ver 'Blancanieves'"
Saura recordaba entonces cuál había sido su primer encuentro con una sala de cine, en Barcelona, a donde fueron "huyendo de la guerra". "Las primeras películas que vi fueron las de Walt Disney. La primera película completa que vi en mi vida fue "Blancanieves" y las de Pluto y Mickey Mouse. Después, cuando nos fuimos a Huesca, en el colegio proyectaban películas mudas francesas de misterio; para un niño como yo, en esa España tan gris, tan destrozada, era una experiencia fascinante que nos atrapaba a todos, y he tenido la suerte de poder dedicarme a ello".
El director ya era consciente de que cada vez es "más difícil hacer las películas" que él quería hacer —"Ahora prima el cine comercial, el cine de plataformas y para televisión"—, mucho más difícil de financiar. Eso sí, los "varios proyectos de ficción" que esperaba hacer este año se quedarán en un cajón. En esta entrevista, probablemente la última que concedió antes de fallecer, reconocía que nunca había hecho cine "para agradar a nadie o para recibir reconocimiento", sino porque le gustaba, porque a través de él podía "contar las historias" que se le ocurrían, "jugar con la música"... "Pero desde luego, siempre es un halago que el trabajo que uno hace lo vea la gente, que les haga pensar y que lo aprecien".
No obstante, a Saura no le preocupaba el legado que quedara detrás de él. "Tengo cientos de dibujos, cientos de fotosaurios, negativos de mis fotografías… en mi estudio ya ni quepo, pero no me preocupa porque yo lo hago porque me divierte, cuando me muera que hagan lo que consideren. De lo que más orgulloso me siento es de mis siete hijos, seis chicos y una chica".
Carlos Saura, sobre el Goya de Honor
A un día de que le fuera entregado el Goya de Honor, Saura no podrá recogerlo en persona, aunque lo hará su familia. Sin embargo, tuvo algunas palabras al respecto unos días antes de fallecer. Para Saura, es una "gran alegría que todos los compañeros de profesión" decidieran otorgárselo. "Estoy muy agradecido a la Academia y en especial a Fernando Méndez-Leite, gran amigo y compañero por este reconocimiento aunque, como siempre digo, los premios no son más que un aliciente para seguir trabajando, no hay que creérselos mucho", aseguraba.
Mientras, otra de las cosas que queda por ver la luz es su biografía, que está siendo editada por Elsa Fernández Santos. 'De imágenes también se vive' es la historia de Carlos Saura, en la que él mismo había trabajado muchos de sus últimos años.
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