La directora Leticia Dolera pide una reflexión sobre la situación de las actrices embarazadas en la industria audiovisual, y reconoce un error de comunicación con la actriz Aina Clotet, de la que prescindió para interpretar el papel protagonista en la serie "Déjate llevar". Dolera ha emitido un comunicado de tres páginas, disponible en su cuenta de Twitter, después de la polémica surgida cuando Aina Clotet dijera públicamente el 20 de noviembre que se había prescindido de ella por estar embarazada.
"Se han dicho muchas cosas sobre mí, pero me ha dolido especialmente ver cómo se usaba esta situación para intentar desacreditar al movimiento feminista, tan necesario en nuestra sociedad, o para cuestionar mi compromiso de varios años con el mismo", indica la directora en el comunicado. "Lamento que nuestra falta de entendimiento durante todo este proceso y no haber sabido acompañar mejor a Aina como ella necesitaba, nos haya llevado a esta situación de tensión y exposición pública", añade la responsable de esta serie.
Reconoce un error de comunicación, ya que se activó un proceso de casting que la actriz conoció por una tercera persona: "fue una cuestión de horas". "Tanto el productor como de la serie le pedimos disculpas en su momento, por teléfono y en persona. Aprovecho para volver a hacerlo, esta vez públicamente. Entiendo la tristeza que esta noticia y me hago cargo de su decepción", añade. "Siento mucho que en este caso, pese a intentarlo, no lográsemos una solución ideal", explica la directora y actriz, tras detallar las posibilidades y opciones que se barajaron para afrontar el rodaje con la protagonista embarazada.
Subraya que el papel representa a una mujer que no quiere quedarse embarazada, y que "en este caso era algo totalmente opuesto al personaje de Cristina". "Nuestro cuerpo también cuenta la historia", advierte. Argumenta también el estilo narrativo de la serie, rodada íntegramente en escenarios naturales y en la que no cabía optar solo por planos cortos, así como la imposibilidad de elaborar un plan de rodaje alternativo. Se trata de una producción con 62 localizaciones naturales, con 94 actrices y actores, y un cambio implicaba "la no contratación de 4 actores ya confirmados". También se descartó borrar su "barriga de embarazada en la post-producción" (FX)) como propuso la actriz, que estaba dispuesta a costear con su sueldo este proceso.
La productora lo descartó porque no le parecía ético ni legal. Dolera explica que tampoco vio posible que Clotet interpretara el papel que se reservó para ella en la serie, puesto que lo escribió pensando en sí misma y en experiencias muy personales. Confiesa que entiende que también rechazara un personaje capitular, "una aparición corta con algunas secuencias".
Por todo ello, apuesta por afrontar esta situación como "una oportunidad para hacer una reflexión colectiva, constructiva, rigurosa y valiente entre profesionales del sector sobre cómo la maternidad afecta a todas las mujeres de la industria". Y propone abrir un diálogo con asociaciones como el Sindicato de Actores, el sindicato Tace, Proa, la Unión de Cineastas... en foros diversos, para tratar las dificultades de asegurar a actrices embarazadas o la vulnerabilidad de las mujeres en esta situación: "Nuestro cuerpo es nuestra herramienta de trabajo". Este es el comunicado completo:
Como sabéis, soy la directora de la serie Déjate Llevar,
producción que decidió no contratar a la actriz Aina Clotet por no encajar en
el perfil del personaje protagonista para el que fue seleccionada en un primer
momento.
He tardado dos semanas en escribir estas líneas porque me
encontraba en la recta final del rodaje y porque estos han sido días duros para
mí y para mi familia.
Se han dicho muchas cosas sobre mí, pero me ha dolido
especialmente ver cómo se usaba esta situación para intentar desacreditar al
movimiento feminista, tan necesario en nuestra sociedad, o para cuestionar mi
compromiso de varios años con el mismo.
Hace casi cuatro años empecé a escribir un proyecto de serie
sobre tres mujeres. Conseguí que varias personas creyeran en él y quisieran
producirlo (yo no soy productora ni empresaria) y entre abril y mayo de este
año abrimos un proceso de casting. A finales de junio, comunicamos a la actriz
Aina Clotet que era la seleccionada para uno de los papeles protagonistas.
Días después, cuando todavía no le habíamos pasado los
guiones ni habíamos hecho ningún ensayo, Aina nos dijo que estaba embarazada. A
los dos días la llamé para decirle que, pese a que veía muy difícil que pudiera
encarnar el personaje de Cristina estando embarazada de cuatro, cinco y seis
meses durante el rodaje, íbamos a dar todos los pasos para valorar en
profundidad si podíamos adaptarlo todo a su nueva situación. Y así lo hicimos
durante las dos semanas siguientes.
Paralelamente, el productor le comunicó el problema que
estaba teniendo con el seguro y la falta de cobertura que esto suponía cuando
se trataba de actrices protagonistas embarazadas. En ese momento, los tres
juntos hablamos de buscar soluciones al respecto e incluso aunar fuerzas para
denunciarlo, pues nos parecía y nos sigue pareciendo, una discriminación.
Lamento que nuestra falta de entendimiento durante todo este
proceso y no haber sabido acompañar mejor a Aina como ella necesitaba, nos haya
llevado a esta situación de tensión y exposición pública.
Como ha habido tantas voces opinando sobre el tema sin
conocer los pormenores del proyecto, voy a extenderme en compartir lo que se
valoró durante dos semanas desde distintos departamentos de esta producción y
las razones por las cuales, aunque nos doliera, Aina no podía encarnar este
personaje.
1/ El personaje. Cristina toma la píldora anticonceptiva
porque no quiere quedarse embarazada. Durante la serie reconecta con su
sexualidad y su cuerpo. Se viste y se mueve de una determinada manera. Tiene
varias escenas de sexo y muestra su cuerpo desnudo en varias ocasiones.
La profesión de intérprete conlleva una relación muy
concreta con el cuerpo, es un handicap al que nos enfrentamos todas. No hablo
de mostrar cuerpos normativos, evidentemente, sino de que con el cuerpo también
construimos nuestros personajes. Hay muchos ejemplos de transformaciones
físicas de actores o actrices para interpretar determinados personajes y eso es
porque nuestro cuerpo también cuenta la historia. En este caso, un embarazo era
algo totalmente opuesto al personaje de Cristina.
2/ El estilo narrativo. El estilo visual y narrativo de la
serie, cámara en mano y buscando el realismo, nos impedía utilizar una doble de
cuerpo. Tampoco veíamos posible rodar una serie entera de 8 capítulos de 30
minutos y rodada toda en escenarios naturales (que no en plató), usando sólo
planos cortos. Tampoco podíamos recurrir a los planos cortos sólo en las
escenas de una de las tres protagonistas (distinto sería si fuera un papel
secundario), pues el lenguaje visual de una serie debe tener coherencia en su
conjunto.
3/ No era posible un plan de rodaje alternativo. Esta serie
se rueda en 62 localizaciones naturales, con 94 actrices y actores. Adaptar,
mover y encajar el plan de rodaje a las escenas de una actriz no era factible.
Malograba el trabajo ya realizado del equipo de arte y producción, que estaba
incorporado al proyecto desde hacía meses, pero sobre todo, implicaba la no
contratación de 4 actores ya confirmados.
4/ Imposibilidad de retrasar o adelantar el rodaje de un
proyecto ya en marcha. No podíamos retrasar el rodaje medio año para que Aina
diera a luz. Eso implicaba que más de cien personas perdieran su empleo.
Tampoco es verdad que pudiéramos adelantar todo el rodaje o
rodar antes algunas de sus escenas, de hecho, para los tiempos de una serie, ya
estábamos con el calendario muy ajustado.
5/ No podía ofrecerle otro protagonista, pero sí un
personaje mucho más corto. Es cierto que el personaje que interpreto yo misma
vive un embarazo durante la serie. Nunca se abrió casting para ese papel. Es un
personaje que escribí durante más de tres años pensando en mí. Toca temas que
me afectan directamente a nivel emocional. Y como autora quería expresar a
través de este personaje mis propios miedos, inquietudes y defectos.
De todas formas, tampoco hubiera sido factible que lo
hiciera Aina, yo no la veía en ese personaje y los personajes no son
intercambiables de manera tan sencilla, hay razones artísticas detrás de cada
elección de casting. Además, las escenas de una serie no se ruedan en orden
cronológico y mi personaje no aparece embarazada durante la primera mitad de
los capítulos.
Desde la producción le ofrecimos un personaje capitular, una aparición corta con algunas secuencias, que prefirió no hacer, cosa que entendí perfectamente.
6/ La imposibilidad de hacer FX. Aina nos propuso invertir su sueldo para costear el coste de post-producción de borrar su barriga de embarazada en los planos donde supuestamente aparecería. Eso no solucionaba todos los contratiempos explicados anteriormente. Dejando de lado que el coste no se cubriría ni de lejos con el sueldo de Aina y que esta no es una gran producción, la productora no se lo planteó porque no le parecía ético (ni legal) que una actriz trabajase sin cobrar en este proyecto.
Además, rodar con efectos especiales a una protagonista en
una serie de corte realista tenía condicionantes de tipo creativo, conlleva una
complejidad técnica contraria al estilo de rodaje del proyecto (con movimientos
de cámara e improvisaciones de los actores) y por lo tanto implicaba cambiar el
estilo y diseño de la serie.
En todo este asunto sí cometimos un error de comunicación.
Ante el riesgo de no encontrar ninguna solución para que Aina pudiera estar en
la serie, en paralelo se activó un proceso de casting alternativo. Se le iba a
comunicar a Aina enseguida, pero una tercera persona se nos adelantó. Fue una
cuestión de horas. Tanto yo como el productor de la serie le pedimos disculpas
en su momento, por teléfono y en persona. Aprovecho para volver a hacerlo, esta
vez públicamente. Entiendo la tristeza que esta noticia le causó y me hago
cargo de su decepción.
Se han tomado muchas decisiones feministas en esta serie,
tanto a nivel de contenido como en la composición del equipo. Lamento mucho que
en este caso no lográsemos, pese a intentarlo, una solución ideal para todas
las implicadas. Darnos cuenta de que no podíamos contar con Aina para
interpretar el papel de Cris fue algo difícil de asumir para mí y para el
equipo.
En este equipo, donde somos una gran mayoría de mujeres,
tenemos claro que no se puede discriminar a ninguna mujer por una cuestión de
género y/o embarazo. En España se producen muchos despidos por este motivo y es
una injusticia social muy grave.
En esta producción ha habido cinco mujeres embarazadas. Dos
de ellas son actrices que aparecen en la serie estando embarazadas de cinco y
ocho meses. Otras dos de estas cinco mujeres fueron contratadas estando su
embarazo ya avanzado, sabiendo que tendrían a su bebé en mitad de la producción
y asumiendo la contratación de otras dos personas para sustituirlas. El
sobrecoste que ello implicaba no fue nunca un problema, faltaría más. Y cuando
alguna de ellas lo necesitó puntualmente, cambiamos horarios y nos adaptamos.
No pretendo mostrar esto como un acto heroico, lo vivimos en su día con
absoluta normalidad, pero lamentablemente no sucede así siempre.
Por último creo, que podemos ver todo esto como una
oportunidad para hacer una reflexión colectiva, constructiva, rigurosa y
valiente entre profesionales del sector sobre como la maternidad afecta a todas
las mujeres de la industria, no solo a las actrices, que en la mayoría de los
casos no tienen contratos fijos y son contratadas de forma temporal y que por
lo tanto se encuentran en una situación de vulnerabilidad. También valorando la
especificidad de las actrices, donde la vulnerabilidad se agrava dado que
nuestro cuerpo es nuestra herramienta de trabajo, así como abrir un diálogo con
las aseguradoras respecto a las dificultades de asegurar actrices embarazadas.
Podemos abrazar estas reflexiones en los foros adecuados,
junto con asociaciones como Cima, Dones Visuals, el Sindicato de Actores, el
sindicato Tace, Proa, la Unión de Cineastas, etc.. y decidir colectivamente
hacia dónde queremos caminar.
Atentamente,
Leticia Dolera.