Por los balcones del Monasterio de Monfero se asomaban nobles gallegos en el siglo XII, en la actualidad lo hacen los tojos. Pero aquí debería haber un hotel balneario que la Xunta de Fraga Iribarne se comprometió a levantar. "El hotel iba en la zona donde están los tres claustros", explica Andrés Feal, el Alcalde de Monfero. Que es la parte cedida por la iglesia a la Xunta en el año 2000.

"Supongo que estará parado por la crisis, yo creo que 15 millones de euros tampoco es tanto para una administración grande y además también participaba el Ministerio de Fomento", añade Andrés Feal.

El anterior Gobierno de la Xunta, el bipartito, inició la obra, Feijoo la paralizó. Este imponente edificio es una de las puertas de entrada a la reserva natural de las Fragas do Eume. La leyenda dice que Alfonso VII puso la primera piedra de este monasterio. Los monjes cistercienses nunca se llevaron bien con sus jefes.

"Es el que más problemas tiene con el Arzobispado de Santiago", expresa Francisco Javier Pérez Rodríguez, Profesor Historia Medieval en la Universidad de Vigo.

En los claustros no hay monjes ni turistas, las zarzas han colonizado las tumbas de los Andrade, los señores feudales de esta zona de Galicia. Con la idea de Fraga de construir un hotel querían revitalizar una zona que pierde población. El alcalde de Monfero insiste: "Podría fomentar algo de empleo y más visitantes".