Un hombre entra gritando al bar "hijos de puta, sois todos unos hijos de puta". Y eso mismo le ocurrió a Álex de la Iglesia en un bar. Y de ese miedo surgió la película. "Más que un indigente parecía el demonio de Tasmania gritando en un idioma incomprensible. No sabíamos lo que decía y yo digo 'bueno, llegó el momento, vamos a morir'", ha contado Álex de la Iglesia, el director de la película.

Encerrados, mientras suena un disparo que acaba con la vida de un hombre, descubrirán dónde están sus límites. "El ser humano ante una situación extrema y límite, como es la supervivencia, se puede convertir en un monstruo", cuenta Carmen Machi.

"Empiezas a tener miedo a tus propios compañeros porque dices 'van a pasar por encima de mí'", explica Blanca Suárez. Por su parte, Jaime Ordóñez afirma que "el miedo a la muerte hace que todos seamos iguales".

Lo que seguro no faltará en este bar serán dosis de acción y de intriga ante un escenario repleto de posibilidades.