Que la música llegue a todas partes, incluso a la cárcel. Ese es el objetivo del festival Monkey Week, gracias al que 200 reclusos de la cárcel de Sevilla han disfrutado de la música como un soplo de aire fresco.

Pues, por un rato, los reclusos cambian su celda por un respiro de libertad, ya que la música traspasa, incluso, los barrotes de la prisión.

"Aunque tú estés privado de libertad, por lo menos de cultura no, que es otra manera de reinserción en la sociedad", ha explicado Marisa Vázquez, responsable de la ONG 'Solidarios'.

Se trata de una experiencia muy importante que permite salir de la rutina. "De estar todo el día en un patio a venir a un concierto, cambia la cosa", ha señalado uno de los presos.

La música, en este caso el flamenco, el género favorito en el centro penitenciario Sevilla 1, les permite liberarse por un rato. "Te despeja la mente, piensas en cosas diferentes. Es un regalo para nosotros", ha destacado otro recluso.

"Es una actividad que gusta mucho a la población reclusa. El aforo se llena al completo", ha indicado José Luis Castejón, director del centro penitenciario Sevilla 1.

La protagonista de este recital inolvidable ha sido la cantaora Rocío Márquez, una de las voces más importantes del nuevo flamenco, que ha apuntado que este concierto genera "un vínculo muy bonito".

"En muchas ocasiones ellos se arrancan y hacen algunas letrillas o tocan las palmas", ha expresado.

Un sentimiento que también ha compartido el guitarrista Manuel Herrera, que ha insistido en el objetivo solidario del festival.

"Que tengan la cara alegre el tiempo que estemos nosotros y que disfruten estas personas que, ante todo, son personas", ha recordado.