En la investigación que ha permitido el descubrimiento del mayor complejo de minas de oro romanas de toda Europa han participado investigadores de la Universidad de Cantabria, de la Universidad de Salamanca, de la Universidad Castilla-La Mancha y de la Universidad Complutense de Madrid.

El impresionante hallazgo en los Montes de León ha sido posible gracias al uso de drones, usando un novedoso método de alta precisión que combina información procedente del escaneado láser de la superficie de la Tierra y de imágenes rectificadas que obtienen elementos de control en el terreno para la posterior documentación con drones.

Cerca de 30.000 hectáreas han sido cartografiadas hasta lograr el hallazgo de las minas de la época romana, en el que ha sido el mayor intento hasta el momento de encontrar restos mineros con modelos de alta precisión.

Javier Fernández Lozano, investigador principal del Departamento de Ciencias de la Tierra y Física de la Materia Condensada de la Universidad de Cantabria, ha explicado que "los drones son herramientas versátiles que permiten trabajar en zonas inaccesibles y remotas de forma rápida y efectiva".

Estos drones han permitido a los investigadores acceder a zonas de más de 2.000 metros de altura y captar imágenes en alta resolución. Además, estos vehículos aéreos no tripulados permitirán ofrecer más información sobre elementos que se encuentran en el complejo minero.