Tal día como hoy, un 14 de septiembre, Mario Benedetti llegó al mundo. Han pasado 100 años desde ese momento y 11 desde su muerte, pero el escritor, dramaturgo y poeta uruguayo ha dejado un legado digno de unas pocas firmas. Sus obras abarcan todo tipo de géneros, desde la poesía, hasta el teatro —entre ellos, la crítica, el cuento o la novela— y han sido traducidas a más de 20 idiomas. En sus páginas, un alma severa con la dictadura de finales del siglo XX en Uruguay y, según la fundación creada en su tributo, “una voz disidente con el autoritarismo y defensora de los derechos humanos”.

Este célebre autor pasó por España durante su exilio tras el golpe de Estado de 1973 en Uruguay. Concretamente, por Mallorca y Madrid —aunque tras volver a su país de origen viajaba asiduamente a España por su delicada condición de asmático—. Su estancia en territorio español no dejó indiferente a nadie, hasta el punto de que el propio Joan Manuel Serrat lanza en 1985 el disco ‘El sur también existe’, compuesto por poemas de Benedetti.

En homenaje a sus más de 60 años de actividad (Benedetti publicó su primer libro de poesía, ‘La víspera indeleble’ en 1945), hemos hecho una recopilación de algunos de los mejores poemas del autor. Porque, como él mismo decía, “si habito en tu memoria / no estaré solo”.

‘Táctica y estrategia’ (Poema de Otros, 1974)

“Mi estrategia es

que un día cualquiera

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

por fin me necesites”

‘Solo mientras tanto’ (Solo mientras tanto, 1950)

“Vuelves, día de siempre

rompiendo el aire justamente donde

el aire había crecido como muros

Pero nos iluminas brutalmente

y en la sencilla náusea de tu claridad

sabemos cuándo se nos caerán los ojos

el corazón, la piel de los recuerdos

Claro, mientras tanto

hay oraciones, hay pétalos, hay ríos

hay ternura como un viento húmedo

Sólo mientras tanto”

‘Los descansos’ (Próximo Prójimo, 1964)

“Ni ahora ni después

ni al mediodía

ni en la tarde brevísima

ni en la noche pesada

ni mañana

ni dentro de diez díaz

tendré

lo que se dice

tiempo

de ahí que el descanso sea

una gloriosa

inmerecida siesta

que siempre duermen

otros”

‘Eso dicen’ (Geografías, 1982)

“Eso dicen

que al cabo de diez años

todo ha cambiado

allá

dicen

que la avenida está sin árboles

y no soy quién para ponerlo en duda

¿acaso yo no estoy sin árboles

que según dicen

ya no están?”

‘El santo se pregunta’ (A ras de sueño, 1967)

“Arrinconado en mis plegarias buenas

e inútiles, soberbio en mis acciones

que a nadie arriman ley o quitan penas

aislado espectador de mis histriones,

histrión yo mismo como un árbol seco

que cabeceara para sus gorriones

guardia solemne de un instante hueco

cómo saber, cómo saber, dios mío

cuándo invento virtud y cuándo peco

cuándo confundo el cielo con el río

cómo saber si el río es poco llanto

cómo saber, cómo saber, dios mío

si eso que llamo Dios es otro espanto”

‘Esa batalla’ (Cotidianas, 1978)

“¿Cómo compaginar

la aniquiladora

idea de la muerte

con ese incontenible

afán de vida?

¿cómo acoplar el horror

ante la nada que vendrá

con la invasora alegría

del amor provisional

y verdadero?

¿cómo desactivar la lápida

con el sembradío?

¿la guadaña

con el clavel?

¿será que el hombre es eso?

¿esa batalla?”

‘Te quiero’ (Poemas de otros, 1973)

“Tus manos son mi caricia

mis acordes cotidianos

te quiero porque tus manos

trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro

contra la mala jornada

te quiero por tu mirada

que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía

tu boca no se equivoca

te quiero porque tu boca

sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos”

'Pausa' (Poemas de otros, 1973)

“De vez en cuando hay que hacer

una pausa

contemplarse a sí mismo

sin la fruición cotidiana

examinar el pasado

rubro por rubro

etapa por etapa

baldosa por baldosa

y no llorarse las mentiras

sino cantarse las verdades”

‘Enemigo’ (Contra los puentes levadizos, 1965)

“Tus ojos miran como dos latidos

tu corazón no puede con su roca,

tu memoria se tapa los oídos.

Maldices aunque no muevas la boca,

sigues comprando el surco y los matones,

el azar, los desnudos y la poca

vergüenza que te pisa los talones,

sigues comprando hectáreas y tristezas.

Pero son demasiadas emociones.

Como todos, escondes tus flaquezas

y tu memoria sabe lo que sabe.

Llega la hora. Y además empiezas

a crujir, enemigo. Eso es muy grave”

‘Grillo constante’ (Cotidianas, 1978)

“Mientras aquí en la noche sin percances

pienso en mis ruinas bajo a mis infiernos

inmóvil en su dulce anonimato

el grillo canta nuevas certidumbres

mientras hago balance de mis yugos

y una muerte cercana me involucra

en algún mágico rincón de sombras

canta el grillo durable y clandestino

mientras distingo en sueños los amores

y los odios proclamo ya despierto

implacable rompiente soberano

el grillo canta en nombre de los grillos

la ansiedad de saber o de ignorar

flamea en la penumbra y me concierne

pero no importa desde su centímetro

tenaz como un obrero canta el grillo”