Entre los motivos que maneja el estudio Actividad Física a través del Transporte Sostenible (PASTA, por sus siglas en inglés) para que la salud varíe en función del lugar de residencia, figura el urbanismo.

De hecho, los informes sanitarios de las 11.000 personas cuyos hábitos de transporte han sido analizados entre Barcelona, Zúrich, Örebro, Londres, Amberes, Roma y Viena, demuestran que la forma en que han sido diseñadas dichas ciudades influye mucho en la salud de sus habitantes.

El proyecto lo ha financiado la Unión Europea y se espera que pueda ayudar a modificar la conducta de los ciudadanos y políticos europeos e inclinar la balanza en favor de la actividad física, las bicicletas y el transporte público.

Los datos publicados hasta el momento aseguran que las personas que se desplazan en coche hasta el trabajo pesan de media cuatro kilos más que los que lo hacen en bicicleta. De hecho, está demostrado que el sedentarismo mata a cerca de cinco millones de personas al año, pues favorece enfermedades como el cáncer, los infartos o los ictus, entre otras.

Dentro de tres meses, un informe completo difundirá daros sobre el efecto de la contaminación y cómo oscilarían sus niveles si los hábitos de transporte cambian. De momento, ya ha ahondado en el efecto que tiene en los ciudadanos el transporte que usan y el tiempo que invierten en él.