Su plan es remolcar un iceberg de la Antártida hasta el cabo de Buena Esperanza. Para hacerlo quiere utilizar un petrolero, que tiraría con cables del monstruo de hielo, y dos barcazas, que irían detrás del iceberg para evitar que se desvíe.

Sloane calcula que durante el viaje de 1.200 millas naúticas el iceberg perdería un 30% de su volumen, pero no importa. El empresario calcula que uno solo de estos bloques de hielo proporcionaría 135 millones de litros de agua al día durante un año.

De momento, el proyecto está en la fase de recaudación de fondos, y ya ha logrado el 80% de los 130 millones de coste estimado. En 2017 otro empresario se planteó remolcar un iceberg hasta Abu Dhabi, pero el proyecto no prosperó.

Alrededor del 98% de la Antártida está cubierta de hielo, que tiene un promedio de 1,9 km de espesor. El continente contiene aproximadamente el 90 % de hielo que hay en el mundo y en consecuencia el 70% del agua dulce.