La Comisión Europea pone la lupa sobre el comercio electrónico y apunta directamente a Amazon. Investiga si podría haber utilizado su posición dominante para conseguir información privilegiada de las empresas que venden a través de su plataforma.

"El tráfico de datos, el análisis de esos datos, el acceso a esos datos muchas veces sin el conocimiento de las empresas, es un tráfico de datos del que se saca gran beneficio", explica Miguel Ángel Serrano, miembro del equipo jurídico de FACUA.

En sus contratos con esos comerciantes, Bruselas apunta a que podrían haberles pedido datos como el volumen de ventas, los momentos en los que más se compra o los perfiles de sus clientes. A cambio, las empresas conseguirían mejor posicionamiento y mayor visibilidad.

"En el momento en el que se aprovecha de la información del pequeño comercio para ellos mismos sacar ventaja, es lo que Europa investiga si es una práctica desleal", asegura Luis Garvía, profesor de Finanzas de Comillas-ICADE.

Ahí radica el problema. Bruselas sospecha que podrían haber utilizado todos esos datos sobre tendencias de consumo para dar prioridad a sus propios productos frente a los de la competencia.

"Tú como fabricante inviertes en desarrollo de producto, investigación, probar el mercado... y una vez la idea triunfa, llega Amazon, copia el producto y lo tiene lanzado al mercado en un tiempo y con unos costes mucho más reducidos que la competencia", desvela Garvía.

Si se confirma que ha incumplido las reglas, Amazon se enfrentaría a una multa millonaria que podría alcanzar hasta un 10% de sus ingresos globales. Desde la compañía aseguran que van a "colaborar plenamente con la Comisión Europea".