La secuencia que se ha logrado introducir es la filmada en 1878 por Eadweard Muybridge, que muestra un jinete galopando sobre un caballo, con una resolución de 36 por 26 píxeles. En otras palabras, una suerte de GIF microscópico que contiene cinco fotogramas inyectado a una bacteria.

Este hito ha sido posible gracias al sistema de edición de genes CRISPR, convirtiendo cada uno de los píxeles de la animación en nucleótidos, creando bloques de ADN. Este método ha mostrado hasta el momento un 90% de precisión. La información puede recuperarse mediante la secuenciación del genoma y la reconstrucción del código de píxeles. La bacteria utilizada en el experimento fue la escherchia coli.

Esto significa que en un hipotético futuro, nuestras células vivas pueden servir como almacenamiento de información de datos. De hecho, la revista científica 'Nature' cree que es un "medio excelente" de depósito. Hasta el momento, solo es posible inyectarlos in vitro.