Se hace como una PCR, diagnostica lo que una PCR, pero no lo es. Es un test de antígenos, la vanguardia de la detección de la Covid-19, que ya está en manos de la práctica totalidad de las comunidades autónomas.
La Comunidad de Madrid ya tiene dos millones en sus almacenes y anunciará de manera inminente con quién empezarán a usarlos, aunque desatascar la atención primaria y atender las residencias de ancianos serían inicialmente las prioridades. Andalucía, por su parte, ya ha recibido un millón.
Esta prueba ofrece muchas ventajas, entre ellas la rapidez, el precio, la sensibilidad y su fácil traslado. Una excelente herramienta para frenar la expansión del virus.
Es rápido, porque responde con un revelador similar al de los tests serológicos, que en 15 minutos nos dice si tenemos la proteína del virus. Es asequible, porque su precio rondaría los 4,5 euros. Su sensibilidad es similar a las de las PCR, entre el 87% y el 97% de efectividad. Además, es portátil: no necesitaremos ir a un laboratorio y se podrá hacer en centros de salud, aeropuertos, colegios, empresas. Solo se necesitará un sanitario que recoja las muestras nasofaríngeas con un hisopo.
Ante todo este abanico de ventajas surge la duda de por qué seguir haciendo PRC a los pacientes. La respuesta es sencilla: la PCR detecta material genético del virus vivo y este test la proteína, que no siempre está activa.