CUALIDADES DEL RENAULT CLIO
El Renault Clio explicado para quien solo ve un coche pequeño más
Las claves del hatchback francés. Cómo compensa una debilidad interior con una fortaleza que es lo mejor en su segmento.

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Que las apariencias no te engañen si solo te riges por ellas. Hablar del Renault Clio es reducir todo a una única palabra: popularidad. Detrás de ese coche que por fuera quizás no te diga demasiado, hay miles de ventas por mes en el mercado español. Más de 2.500 entregas solamente en mayo y más de 10.000 en lo que va del año para ser actualmente el cuarto modelo más elegido del país. La pregunta, entonces, es la siguiente: ¿A causa de qué?
Un fabricante tiene que acumular los méritos suficientes como para que un coche de la popularidad del utilitario francés entre en situación de ocaso. El Clio se ha ganado la confianza desde las primeras generaciones. Con su diseño atrapante, revolucionario, la segunda nos ha marcado a fuego para siempre. Además de que, objetivamente hablando, significó un avance notable en aspectos fundamentales como la seguridad activa y pasiva, la tercera recogió su legado.
Hoy, el Renault Clio no renuncia a los vestigios que aquella segunda generación fue dejando en sus sucesores. Aunque el diseño del modelo actual no resulte tan identitario como antes, aunque el Clio 2025 presente una línea rebajada a lo que podríamos considerar el arquetipo de estilo hatchback –del techo hacia la zaga, en especial– esas huellas siguen expresándose. Entonces, insisto, puede que lo veas y no te transmita demasiado. Un urbano más, puede que pienses.

Renault Clio: ¿A causa de qué?
¿A qué se debe su éxito sin fecha de vencimiento? Si el resultado es la popularidad, una explicación clave radica en las dimensiones. El coche fue creciendo gradualmente, generación tras generación. De los 3,7 metros iniciales a los 3,8 metros de la segunda generación. De allí a los cuatro metros de la tercera y luego obteniendo una longitud superior a los cuatro metros, donde se sitúa en la actualidad. Sin perder la esencia, el coche fue volviendo cada vez más funcional.
Otro argumento se encuentra en el interior. Hay que reconocer que las plazas traseras no son de lo más cómodas a la hora de emprender un viaje de media o larga distancia. En particular, el espacio para las rodillas no deja tanto margen libre y no es un coche que se destaque por el espacio para los hombros si vamos tres en su fila trasera.
Ahora bien, esa debilidad que lo posiciona por debajo de rivales como el SEAT Ibiza, la compensa con una de sus grandes fortalezas, si es que no es su gran fortaleza: la capacidad de carga detrás de los asientos. Con un volumen básico de 391 litros, es superior al Volkswagen Golf y mucho mejor que el mencionado de hatchback español o que el Toyota Corolla. Casi 400 litros para un urbano. En este aspecto, en el Clio encontrarás lo mejor de su segmento.
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