LA CLAVE DE LOS ELÉCTRICOS
Las baterías duran más de lo que se pensaba: un estudio desmonta los mitos
Un análisis de 10.000 vehículos revela que la degradación es menor y la vida útil, más larga de lo esperado.

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Los coches eléctricos han ganado popularidad en los últimos años como una alternativa más limpia y eficiente frente a los vehículos con motor de combustión. Sin embargo, todavía enfrentan una serie de desafíos que limitan su adopción masiva. Entre los principales problemas se encuentran la infraestructura de carga insuficiente, el elevado coste inicial y la limitada autonomía en comparación con los modelos tradicionales. Estos factores generan incertidumbre en los consumidores, especialmente en trayectos largos o en zonas con escasos puntos de recarga.
Además, la producción y el reciclaje de componentes clave como los motores y sistemas electrónicos, presentan retos técnicos y medioambientales. No obstante, el mayor foco de preocupación gira en torno a las baterías, que no solo determinan el rendimiento y la autonomía del vehículo, sino que también concentran la mayoría de los problemas vinculados a la sostenibilidad, el coste y la seguridad.
Comprender el estado y la vida útil de las baterías es fundamental. Con la intención de aportar claridad sobre este tema, la empresa Geotab llevó a cabo un estudio específico que arroja luz sobre diversos aspectos técnicos y prácticos. Las críticas más comunes hacia los coches eléctricos suelen centrarse precisamente en sus baterías, y por eso este análisis puede resultar útil tanto para reforzar argumentos a favor como para cuestionar mitos. En cualquier caso, los resultados obtenidos ofrecen tranquilidad a quienes ya han apostado por la movilidad eléctrica.
Con la creciente presencia de coches eléctricos en circulación, es fundamental disponer de datos reales que desmonten mitos sin fundamento. Un reciente estudio llevado a cabo por una empresa británica ha analizado el rendimiento de 10.000 vehículos eléctricos para conocer con mayor precisión la evolución de sus baterías. Los resultados han sido más que alentadores: el deterioro de estas baterías es más lento de lo que muchos esperaban, lo que apunta a una mayor fiabilidad de estos sistemas en el tiempo.
Una vida útil que supera al propio vehículo
Según el análisis, las baterías pueden llegar a mantenerse operativas durante hasta 20 años, siempre que la degradación anual se mantenga en niveles bajos. Esta pérdida de capacidad no sigue una línea recta y varía dependiendo de múltiples factores como el clima, el tipo de recarga utilizada o incluso el envejecimiento propio de los primeros años. Aun así, la mayoría de las baterías mantienen alrededor del 80 % de su capacidad tras 12 años de uso, lo que demuestra su resistencia y su potencial para superar incluso la vida útil del propio coche.
Además, los datos apuntan a una mejora continua: mientras que en 2019 la degradación media anual era del 2,3 %, el estudio más reciente la sitúa en apenas un 1,8 %. Esta tendencia refuerza la idea de que el desarrollo tecnológico está logrando baterías más duraderas y estables, lo que mejora la confianza en este tipo de vehículos y debilita las críticas sobre su fiabilidad a largo plazo.
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