Probamos los nuevos Seat Ibiza y Arona, dos superventas con una fuerte conexión

Esta semana en Centímetros Cúbicos nos hemos subido a dos modelos de Seat con una fuerte conexión, no solo por compartir la misma base, sino también por el éxito que tienen entre el público, el Seat Ibiza y el Seat Arona. El Ibiza lleva ya 37 años entre nosotros, acumula casi seis millones de unidades vendidas y esta es su quinta generación. Generación a partir de la cual nació el Arona, la variante crossover.

Funcionalidad y seguridad son dos palabras que definen muy bien a este Ibiza. Y en cuanto a mecánicas, tampoco se queda corto: cinco en total entre gasolina y gas natural comprimido. De 80, 95, 115 y 150 caballos para los gasolina y 90 en la versión TGI, que combina gasolina con GNC. Esta última opción está catalogada como ECO por la DGT, con las ventajas que ello conlleva. La plataforma del Ibiza no está diseñada para variantes electrificadas, y en Seat han preferido el GNC por sus bajas emisiones y para evitar los elevados precios de los modelos híbridos.

Respecto al Arona, este pequeño todocamino comparte la misma gama de motores que el Ibiza, salvo el de 80 caballos, que no está disponible. Su interior es igual que el del Ibiza en cuanto a acabados y equipamiento. Donde mejora es en habitabilidad, sobre todo en las plazas traseras, que dejan más espacio para las piernas y la cabeza. El motor XX empuja desde muy abajo y el cambio DSG de siete velocidades permite aprovechar muy bien la potencia.

El Arona puede que encaje mejor para personas que prefieren la comodidad y la funcionalidad. Mientras que el Ibiza puede encajar mejor en gente que prefiere disfrutar algo más de la conducción. Pero lo que sí está claro, es que ambos han nacido con vocación de ser líderes.

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