El mayor paladín de la electrificación, tiene una colección de coches donde no hay ni un solo eléctrico

Si hay una persona en el mundo a la que se le puede aplicar el refrán "abre la boca y sube el pan", esa es, sin duda, el multimillonario estadounidense, dueño de la empresa de coches eléctricos Tesla, Elon Musk. Es un personaje que acumula tanta fascinación como rechazo, que suma una polémica tras otra, y está cargado de contradicciones. Una de las más curiosas está relacionada con su amplísima colección de coches.

A pesar de ser el CEO de una empresa de vehículos eléctricos y proclamar públicamente que el motor de combustión debe morir, Musk guarda unas cuantas joyas del automovilismo que se propulsan gracias a la gasolina. Su primer coche, de hecho, fue un BMW Serie 3 E21 de 1975. Pero cuando fue lanzado al mercado, Musk solo tenía cuatro añitos. Cuando lo adquirió, de segunda mano, ya tenía 23, en 1994. Con un motor BMW M10 de cuatro cilindros en línea y 2.0 litros para 125 CV de potencia, no estaba nada mal para estrenarse en la conducción.

Gusto por los antiguos

Posteriormente, ya gracias a su fortuna, Musk ha añadido a su garaje coches bastante particulares. El más antiguo es el Ford Modelo T del año 1908, con la estética típica de los coches de principio de siglo y que, obviamente, su motor es de gasolina, de cuatro cilindros y 2.9 litros para 20 CV de potencia y 68 km/h de velocidad máxima. Aunque no sea tan viejo, una otra de los clásicos de Musk es el Jaguar E-Type de 1961, el cual fue descubierto por el dueño de Tesla a los 17 años a través de un libro, y consiguió su deseo de tenerlo en nómina cuando comenzó a generar su increíble riqueza, ahora de 342.000 millones de dólares según Forbes.

A Musk también le van los deportivos. Ha disfrutado durante 18.000 kilómetros (según él mismo declaró) del McLaren F1, del que existen poco más de un centenar de unidades, suma 680 CV de potencia, acelera de 0 a 100 en 3,2 segundos y alcanza una velocidad máxima de 391 km/h. Tampoco se queda corto su Porsche 911 Turbo de 2012, con 522 CV y 700 Nm de par. También acelera en 3,2 segundos, pero en este caso se queda en 320 km/h de velocidad máxima.

Coche de 007

Una de las obras más especiales que forman parte de la colección del dueño de Tesla es un Lotus Esprit diseñado para la película de la saga James Bond "La espía que me amó" (1977). En el filme, 007 lo usa como un submarino, de ahí que tenga un toque distinto al resto de Lotus Esprit. Alrededor de 850.000 euros pagó en 2013 el magnate por este vehículo tan especial que tiene nombre propio, el Wet Nellie. Sin embargo, no todos los coches de Musk tienen tanta exclusividad.

En su garaje también posee un Audi Q7, un SUV que le sirvió para desarrollar el Tesla Model X sin defectos que identificó en el coche alemán. Y precisamente cerramos con otro vehículo germano, el BMW M5 E60, el cual Musk compró modificado por Hamann para que su potencia ascendiera de los 507 CV originales a 600 CV. Su motor V10 de 5 litros, es un propulsor de combustión. De esos que el dueño de Tesla quiere crucificar.

Así es la exclusiva colección de Mazda que reside en Alemania