ÚTIL Y EFECTIVO PARA ALARGAR LA VIDA DEL PROPULSOR

El mantenimiento que deberías hacer a tu motor, sea diésel o gasolina

Un buen mantenimiento es básico para que la vida de tu motor sea larga y plena. Independientemente de que estemos hablando de un motor diésel o gasolina, lo cierto es que es posible mejorar su rendimiento y su fiabilidad llevando a cabo algunas operaciones que no todos los conductores conocen.

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Uno de los componentes más importantes de nuestro coche es, lógicamente, el motor. Se trata del encargado de transformar la energía química contenida en la batería o en el combustible en energía mecánica para que, en última instancia, las ruedas se muevan y podamos desplazarnos hasta nuestro destino. No es tan sencillo: se trata de máquinas que cuentan con miles y miles de piezas -especialmente si hablamos de un motor térmico- que necesitan de cierto mantenimiento periódico.

No nos referimos a un simple cambio de aceite (que también, sigue siendo muy necesario) sino a operaciones algo más sencillas que merece la pena llevar a cabo especialmente cuando el motor de nuestro coche ya ha acumulado una cierta cantidad de kilómetros. Las últimas generaciones de motores térmicos han apostado por la inyección directa de combustible, una tecnología que ofrece múltiples beneficios como un menor consumo y un nivel de potencia más elevado, pero que no está exenta de potenciales problemas e inconvenientes.

La acumulación de carbonilla y depósitos de carbón en el motor de tu coche es un hecho: ocurre y, además, se lleva a cabo de manera muy progresiva hasta el punto de que resulta bastante difícil de detectar a tiempo. Por eso, llevar a cabo un proceso de descarbonización puede ser vital para mantener en buen estado nuestro motor, independientemente de que éste utilice gasóleo o gasolina para funcionar.

La descarbonización, una solución más que interesante

Un motor que sufra de acumulación de carbonilla puede traernos más de un dolor de cabeza. Cuando esto ocurre es posible que empieces a notar que el rendimiento del motor ya no es el adecuado, que el consumo de carburante aumenta o que el tubo de escape comienza a expulsar grandes cantidades de humo negro. Además, el funcionamiento del propulsor deja de ser "fino" y equilibrado, pasando a mostrar un comportamiento más rudo, más basto, con mayor ruido y vibraciones.

Los depósitos de carbón impiden que el motor "respire" correctamente, amén de hacer más difícil que diversos componentes del propulsor como las válvulas hagan su función correctamente. Para eliminar todas estas impurezas, propias sobre todo de los motores equipados con inyección directa, existe la descarbonización. Con este proceso, que muchos talleres ya llevan a cabo, una máquina especialmente preparada para ello inyecta una mezcla de compuestos en diversos conductos del motor consiguiendo eliminar la mayoría de impurezas que han quedado retenidas en el propulsor.

Tras la descarbonizazción notarás que el motor vuelve a ofrecer lo mejor de sí, de forma que si crees que tu motor de inyección directa no está al 100%, una descarbonización puede ser la solución a tus problemas.

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