¿CONOCÍAS LA ITV VOLUNTARIA?

La inspección de ITV que no funciona por fechas, y poca gente conoce

La ITV es una vieja conocida entre los conductores españoles: su implantación se produjo hace ya varias décadas, y cada año millones de usuarios pasan por las diferentes instalaciones repartidas por todo el territorio para inspeccionar sus vehículos y asegurarse de que éste cumple con las normas.

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La implantación de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (más conocidas como ITV) en España se produjo a lo largo de los años 80, cuando comenzaron a ser obligatorias las inspecciones periódicas para todos los vehículos que, estando de alta, estaban matriculados y circulaban por nuestras carreteras. Con estas inspecciones, que han ido evolucionando con el paso del tiempo, se pretende mejorar las condiciones de circulación del conjunto del parque automovilístico.

Y es que un vehículo, para superar su preceptiva ITV, necesita cumplir una serie de mínimos a nivel técnico (funcionamiento de elementos como iluminación, suspensión, frenos...) pero también cumplir una serie de requisitos a nivel administrativo, como contar con una póliza de seguros o disponer de cierta documentación. Las inspecciones tienen carácter periódico, de manera que, dependiendo de la clase de vehículo y de su antigüedad podemos encontrarnos con inspecciones periódicas cada seis meses, un año o dos años.

Existen, eso sí, otra clase de inspecciones que no todos los conductores conocen y que, sin embargo, están disponibles y abiertas para cualquier usuario que así lo necesite. Además, se trata de inspecciones técnicas que no funcionan por fecha. Hablamos de las inspecciones voluntarias, ¿conocías su existencia?

¿Qué son las ITV voluntarias?

Las inspecciones de ITV voluntarias son, como su propio nombre indica, exámenes técnicos que cualquier usuario puede solicitar sobre un vehículo. Pueden realizarse en cualquier momento, sin influir en la vigencia o fecha de caducidad de la inspección obligatoria de turno. Este tipo de inspecciones se pueden llevar a cabo, por ejemplo, si queremos adquirir un vehículo de segunda mano o si tenemos un vehículo que ha estado mucho tiempo sin circular y lo hemos puesto a punto, verificando así que nuestras operaciones han sido las adecuadas.

Existen dos tipos diferentes de inspecciones voluntarias:

  • Inspección completa: se analiza el vehículo de manera prácticamente igual a cómo se llevan a cabo las inspecciones obligatorias, de manera que se comprueba el funcionamiento de todos los elementos susceptibles de ser comprobados.
  • Inspección parcial: si deseamos comprobar únicamente un elemento del vehículo, también podremos hacerlo. Si, por ejemplo, hemos reconstruido el equipo de frenos o de dirección de un vehículo y queremos comprobar que lo hemos hecho correctamente, podremos así solicitarlo.

Este tipo de inspecciones suelen tener un precio más reducido que las inspecciones obligatorias, especialmente si optamos por el examen parcial, aunque hay que tener en cuenta que en caso de que durante la inspección se detecte un defecto de tipo grave o muy grave, tendremos entonces la obligación de subsanar los fallos y regresar a la ITV para que ésta verifique que los defectos han sido solucionados.

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