LO DEMUESTRA UN ESTUDIO

Así ayuda la frenada regenerativa a que los eléctricos contaminen menos

El Instituto Europeo de Innovación y Tecnología 'Transport for London' ha descubierto que gran parte de la diferencia contaminante entre un EV y un coche de combustión está en el mecanismo recuperador de energía tan habitual también en híbridos.

Frenada regenerativa

Frenada regenerativaFrenada

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Como ya contamos en un post anterior, gran parte de la culpa de las emisiones procedentes de los coches se origina en el desgaste de las pastillas de freno. Concretamente, hablamos de las partículas que se desprenden durante la frenada y que, al mismo tiempo, generan un polvo que es más nocivo para la salud que los gases que salen del sistema de escape de un vehículo con motor térmico en general. Asimismo, a mayor peso del coche, más contaminación provoca. Dicho esto, recientemente se ha ido un poco más allá y se ha obtenido un hallazgo que puede explicar algunas (no todas) cosas.

Según un estudio llevado a cabo por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología 'Transport for London', los coches eléctricos son mucho menos contaminantes que los de combustión interna gracias a la tecnología de la frenada regenerativa que tan implantada está actualmente. En concreto, el grupo de expertos y académicos que lo ha hecho concluye que los EV reducen la cantidad de polvo nocivo que generan los frenos en un 83 %, los híbridos entre un 10 % y un 48 % y los híbridos enchufables un 66 %.

Como en una bicicleta

Para ello, es vital comprender el funcionamiento de la frenada regenerativa o también llamada Sistema de Recuperación de Energía Cinética. Lo que pasa es que se invierte el funcionamiento del motor eléctrico para contrarrestar la inercia del vehículo, al mismo tiempo que actúa como generador eléctrico parecido a la dinamo de una bicicleta. De esta forma, se evita el uso del freno convencional en muchos momentos y, en consecuencia, se aminora el desgaste de los frenos que resulta del empuje de la presión hidráulica que hacen las pastillas sobre los discos.

Desde Bruselas con la normativa Euro 7 se ha puesto el foco también en reducir al máximo posible las partículas derivadas del desgaste de las ruedas y frenos. De esta forma, el Viejo Continente se ha marcado de cara a 2030 limitar las emisiones de PM2.5 y nanopartículas procedentes de todo tipo de motores de combustión, así como frenos en vehículos convencionales y eléctricos.

Dicho esto, y teniendo en cuenta, por ejemplo, que los neumáticos en un EV son un 20 % más pesados que los de gasolina, como ha descubierto el informe, lo mejor es optimizar la conducción para no dar acelerones ni frenazos innecesarios en pos de asegurar también una vida útil más extensa a las gomas. Pero, aun así, los eléctricos siguen ganando en el apartado de contaminación, incluso sumando el desgaste de los frenos y el de los neumáticos. Así que ya sabes, conduce como mejor sepas sin movimientos bruscos en uno u otro sentido.

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