Mary Walsh es una mujer irlandesa que en 2011 tuvo la buena fortuna de resultar ganadora de un sorteo de la Lotería Nacional de Irlanda. Ganó 3,3 millones de euros, pero desde entonces lejos de disfrutar su fortuna, sus idas y venidas a los juzgados han sido una constante.

La flamante ganadora quiso compartir parte de su premio con allegados y, según cuenta 'The Irish Times', siguiendo el consejo de un asesor de la compañía gestora de los sorteos -An Post National Lottery Company (APNLC)- pidió a cinco familiares que firmaran en la parte trasera del boleto para que nadie tuviera que pagar impuestos.

Un consejo que le ha dado más de un quebradero de cabeza, ya que lo que el asesor no le explicó es que no podría repartir el dinero a su antojo, sino que todos los firmantes tendrían derecho a la misma cantidad, incluida ella. De modo que en lugar de los 3,3 millones que ganó, solo recibió 560.000 euros.

Denunciada por su hijastro

Por ello fue denunciada por su hijastro, David Walsh, y por un sobrino de su marido, que falleció el mismo año del sorteo que ganó. Le reclamaban los 560.000 euros, Walsh alegó que acordó con su hijastro que en lugar de 200.000 euros que iba a entregarle, le cedería la casa que compartía con su difunto marido.

Sin embargo, su hijastro aseguró que su padre le dijo que "no tendría que preocuparse por el dinero nunca más" porque su esposa le daría la sexta parte. Finalmente, la justicia falló en favor de David y también gano las apelaciones de Mary.

Ahora, Mary ha decidido denunciar por negligencia a la APNLC por negligencia, la empresa dejó de gestionar la Lotería Nacional en 2014, momento en el que también entró en concurso de acreedores