"Un divorcio duro". Con estas tres palabras, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha dinamitado su propia estrategia de asumir, sin ponerse en evidencia, los postulados de la extrema derecha en relación con la violencia machista.

Feijóo aseguraba este lunes en la cadena Ser que no hay "una sola coma del acuerdo" que han cerrado el PP y Vox en la Comunidad Valenciana que "cuestione la violencia machista". E intentaba poner en valor que el PP había vetado al candidato de Vox, Carlos Flores Juberías, en esta comunidad. "Alguien que está condenado por violencia verbal" hace "20 años", comenzaba. "Hace 20 años, es verdad. Es un catedrático de Derecho Constitucional, es verdad. Ha cumplido la sanción, es verdad. Se ha producido hace 20 años, es verdad. Tuvo un divorcio duro y conllevó un abuso verbal hacia su ex mujer", señalaba.

La Audiencia Provincial de Valencia condenó a Juberías en 2002 por un "delito de violencia psíquica habitual y 21 faltas de coacciones, injurias y vejaciones" contra su expareja y madre de sus hijos, a la que, según la resolución judicial, provocó un "quebranto psicológico". La sentencia documenta que el condenado acudió varias veces al domicilio de la mujer y le profirió calificativos como "ladrona, secuestradora de niños, dueña de calabozo, puta".

Así, hablar de "un divorcio duro" se ha quedado muy corto para muchos. La oleada de críticas no se ha hecho esperar. Fuentes del PSOE a laSexta se han mostrado escandalizadas por esas palabras. Creen que la frase "tuvo un divorcio duro" va a perseguir a Feijóo hasta el fin de su vida política. Y se preguntan si para él es "obvio" que existe la violencia machista (al contrario de lo que defiende su socio Abascal) "¿por qué la cambian de nombre?".

En público, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha señalado que "España no se merece un presidente que justifique la violencia hacia las mujeres".

La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha señalado que "no hay divorcios duros que justifiquen blanquear la violencia machista". "Hay que seguir avanzando en políticas de igualdad cuando hay dirigentes que las niegan o las justifican", ha insistido en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. "Hasta el 2003 no empezamos a contabilizar las muertes por violencia de género. Esto no es la preocipación del Gobierno, es la preocupación social. Hay mujeres asesinadas, niños huérfanos. ¿Creen que no es preciso seguir trabajando desde la política?". "No hay pactos, ni acuerdos y divorcios duros que justifiquen la violencia de género", ha sentenciado.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz también ha sido muy contundente. "Alberto Núñez Feijóo ha legitimado sin rubor que se maltrate a una mujer porque alguien está divorciándose". "Ya no es grave que legitime los pactos con la extrema derecha para pisotear los derechos de las mujeres y las personas LGTBI, sino que él mismo ha dicho como que era normal que un hombre maltrate a una mujer sencillamente porque se está divorciando. Es una barbaridad y desde luego le incapacita para ser presidente del Gobierno", ha defendido Díaz.

Desde ERC, Gabriel Rufián se ha limitado a listar en su perfil de Twitter otras frases demoledoras contra la igualdad y la lucha contra la violencia machista.

Hoy, desde el PP, su portavoz de campaña Borja Sémper, defiende que Feijóo se limitó a "recoger las palabras de personas que justificaban las actuaciones de ese señor". "Condenamos la violencia machista. No aceptamos matices sobre estos crímenes", ha insistido.