¿Qué sería de nosotros sin el congelador? ¿Dónde guardaríamos las croquetas de nuestra madre o esas fiambreras de lentejas que con tanto cariño nos traen cuando vienen a visitarnos (o, directamente, nos traemos con nosotros cada vez que vamos a visitarlas como quien trae los famosos oro, incienso y mirra)? Sin menospreciar al microondas y su gran papel que, cada mañana, hace calentándonos el café y la leche, el congelador ha sido uno de los grandes inventos de nuestras cocinas y de las formas de conservar alimentos.

Y puedes meter (casi) de todo. Lo que sobra, lo que aún no te vas a comer, o, simplemente, lo que te ha sobrado de esa oferta de un porrón de kilos de pechugas de pollo que ni la peor de las dietas hiperproteicas de gimnasio sería capaz de comerse. El problema es que, una vez dentro, a veces pierde la noción del tiempo. Un cajón de sastre, donde metemos y metemos, pero a veces se nos olvida sacar. O cuando vamos a sacarlo, no sabemos desde cuándo lleva ahí metido.

Por este motivo y por otros, hoy me pregunto si de verdad sabemos qué es lo que tenemos en casa y si sabemos sacarle su máximo potencial. O, por lo menos, descubrir que la comida congelada no es inmortal, por mucho que nos hayan contado que Walt Disney lo está, esperando a que la tecnología avance para "revivirle" (aunque si ven alguna de las últimas películas que han sacado bajo su nombre, se vuelve a morir).

¿Qué significan las estrellas del congelador?

A lo mejor no te habías fijado nunca, pero tu congelador tiene "estrella". Y no me refiero al "duende" ni "poderío" de los buenos bailaores de flamenco. Si te fijas bien, el congelador de tu casa vendrá marcado con estrellas. Concretamente, de una a cuatro puede variar el asunto. ¿Qué quiere decir esto? Pues, al contrario de lo que muchos piensan (creen que es la calidad del congelador), nos habla de algo mucho más importante y que va a influir en cuánto tiempo van a aguantar los alimentos dentro.

Si en tu congelador viene solo una estrella, lo siento, no es un congelador, sino una nevera muy fría, ya que nos quiere decir que la temperatura ronda los -6º C. Temperatura que, aunque hace que aguanten más los alimentos, no sirve para congelar. Algo que sí pasa cuando nuestro congelador tiene dos estrellas, ya que alcanza los -12º C. Pero, aunque esta temperatura sí sirve para congelar, tampoco es la mejor, ya que a esas temperaturas no se inactivan bien los parásitos que puedan tener los alimentos.

Las estrellas del congelador

No te asustes, no hace falta que vayas corriendo a ver cuántas estrellas tiene tu congelador (aunque te recomiendo que lo mires, pero no hace falta que sea ahora). Lo normal es que tengan tres estrellas, lo que nos quiere decir que llegan perfectamente a los -18º C, una temperatura óptima para la congelación casera, aunque tienes que tener en cuenta que la congelación es más lenta en piezas más grandes como carnes, pescados enteros, etcétera.

¿Qué pasa si tienen cuatro estrellas? Que estamos hablando de que ese aparato es capaz de conseguir temperaturas de -24º C, mejorando las condiciones de congelación y conservación de los alimentos, siendo esta última mucho mayor.

¿Cuál es la mejor forma de organizar el congelador?

Colocado cabe. Esa frase me la han repetido mis progenitores en incontables ocasiones para todo en la vida: el armario, una maleta, mi habitación en general… Y el congelador no iba a ser menos. ¿El tuyo parece un cajón de saldos de unos grandes almacenes? Pues, seguramente, ni estás sacando todo el partido que tiene tu congelador, ni es la mejor manera porque aumentas el desperdicio alimentario. Algo que puedes solucionar simplemente con un par de trucos.

Lo primero que tienes que aprender es a calcular la proporción justa. Congela en porciones en función del número de personas que sois en casa. De nada vale congelar todo el kilo de pechugas de pollo si en casa luego sois dos. A la hora de descongelar, tendrás que hacerlo de todo el bloque en que se ha convertido. Y a partir de ahí tienes dos opciones: o comer pollo hasta que se agote, o al final, lo más triste para tu economía y el medio ambiente, acabarás tirándolo porque se te ha puesto malo (spoiler: la comida en la nevera tampoco es inmortal, incluso aunque no le haya salido "pelito"). Y, sobre todo, recuerda: no se puede congelar la comida dos veces.

Por último, que todo esté bien envuelto y protegido. Ya sea porque lo has metido en un recipiente (de los que son aptos para congelar), asegurándote que lo cierras herméticamente, en una bolsa "zip" de congelación, o lo has envuelto en plástico film. Y es que el "frío" del congelador deshidrata y quema los alimentos. Así que, para evitarte sorpresas desagradables, lo mejor será que protejas bien tus alimentos. Si no, volveremos al círculo vicioso anterior: congelas, descongelas, no está bueno, lo tiras. Malo para ti y para el planeta.

¿Cuánto duran los congelados?

Como bien habrás adivinado y, seguramente, comprobado por ti mismo, ningún alimento es inmortal en el congelador. Ni siquiera en los que tiene cuatro estrellas. Y aunque depende mucho de las condiciones en que metiste el alimento en el congelador, cómo lo guardaste, de cómo es tu congelador, si está muy lleno, cuántas veces lo abres al día, etc., sí podemos hacer una lista de cuánto dura cada tipo de alimento en las mejores condiciones. Aunque, antes de empezar, estaría bien que vayas cogiendo el hábito de etiquetar lo que congelas con la fecha, qué alimento es y qué cantidad, porque, muchas veces, una vez congelados los alimentos no sabemos distinguir qué es ese bloque duro y frío que está dentro del papel de aluminio.

Empecemos por la carne. Porque no es lo mismo una pierna de cordero que la carne picada. Al igual que tampoco es igual el pollo que el cordero. O si está crudo o cocinado. Todos estos factores van a influir en el tiempo máximo de conservación en nuestro querido (y a veces abarrotado) congelador.

La carne picada no se recomienda tenerla congelada más de 4 meses, pero si son filetes, pueden llegar a aguantar hasta 6 meses. Nada mal. Otro ejemplo es congelar un pollo o un pavo entero, que puede estar ahí dentro hasta 12 meses, pero un cordero, al ser más graso, no aguanta normalmente más de 9 meses. Otra cosa es que el cordero ya esté asado, porque así sí aguantaría el año sin problemas.

Con el pescado pasa algo parecido a la carne, depende de si es más o menos graso, aunque ninguno aguanta un año como sí lo hace la carne. Así, un pescado azul como el salmón puede aguantar 2 meses, mientas que un bacalao, al ser blanco y tener menos grasa puede aguantar hasta 6. El marisco, ya sean almejas o pulpo, también pueden aguantar fácilmente 6 meses, mientras que en un punto intermedio de 4 meses nos aguantarían las anchoas, el atún o los cangrejos. Eso sí, siempre congelando el pescado limpio, seco y recién comprado, no cuando ya lleva varios días en la nevera (porque ya ha comenzado a degradarse).

Congelar verduras es una manera muy útil de alargar su vida, sobre todo en verano que, con el calor, se ponen malas antes. Además, así siempre las tienes a mano y no hay excusa para no comerlas cada día, como mínimo, dos veces (que es lo que se recomienda). Y no te preocupes, que si ya las compras congeladas, o las congelas correctamente, no se pierden nutrientes.

El problema es que no todas las verduras se pueden congelar y que salgan intactas del proceso. Aquellas que tienen mucha cantidad de agua, como la lechuga, el apio, el pepino, o las que vamos después a comer crudas, como el tomate o la cebolla en ensalada, no son muy amigas de la congelación. Mejor ni lo intentes. Tampoco lo hagas con las patatas, no suelen quedar después de la congelación de la mejor manera para el paladar.

¿Qué más alimentos puedo congelar?

La lista no acaba aquí. Como he dicho, creo que no le sacamos todo el partido que podríamos a este electrodoméstico de la casa. El pan aguanta perfectamente en el congelador hasta dos meses, mientras que el arroz o la pasta cocida puedes tenerlo perfectamente tres meses.

Los fiambres, como son de consumo ocasional, si siguen una dieta correcta seguramente se te pongan malos antes de acabar el paquete. Solución: congelación. Dos meses sin problemas. ¿Y los guisos caseros? ¿Eres de los que siempre cocina un poquito más por si viene el Orfeón Donostiarra a comer? Tranquilo, mete en fiambreras las raciones que te sobren que te aguantan perfectamente entre 3 y 4 meses.

Otro alimento que, a lo mejor, no se te ha ocurrido congelar es la mantequilla. Pues se puede, y aguanta perfectamente hasta 9 meses.

¿Qué alimentos no puedo congelar?

Todo no podía ser un cuento de hadas, y aunque ya hemos visto algunos alimentos que mejor evitar su paso por la parte baja (o alta, dependiendo de nuestro electrodoméstico) de nuestra nevera, hay otros alimentos que tampoco lo resisten bien y es mejor no experimentar.

Ya hemos visto que los alimentos muy grasos (como, por ejemplo, quesos curados) o los que tienen mucha agua (como las lechugas o el tomate) es mejor evitarlo porque al descongelar, quedarían extraños al paladar.

Tampoco es buena idea congelar aquellos alimentos que ya están poniéndose malos. A veces nos da la tentación de meter ese filete que lleva 4 días en la nevera y que no hemos visto el momento de cocinarlos, porque pensamos que el congelador obrará su milagro conservador. Y nada más lejos de la realidad: el filete saldrá en el mismo estado o incluso peor, ya que tenemos que contar el tiempo que ha tardado en congelarse por completo. Mala idea por todos lados.

Con los huevos enteros, ni hagas la prueba. Esta idea no es buena, fundamentalmente porque puede estallar (como cuando metemos una botella). Si necesitas congelar huevos, lo mejor es cascarlos y meterlos dentro de un recipiente. Tampoco es buena idea la nata ni las salsas que pueden contenerla. Igual que la mayonesa.

Cómo salen de allí es digno de cualquier programa de desastres culinarios (no queremos a Alberto Chicote en nuestras cocinas…). Aunque, si viene a darle una "vueltecita" y a dejarme algunas fiambreras con algunos de sus platos, a lo mejor me lo pienso. Prometo congelarlos correctamente. Alberto, te espero.