Cuando una persona católica se encuentra en su lecho de muerte, aún vivo, es habitual escuchar esta expresión, la de dar o recibir la extremaunción. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define este término como el "sacramento que consiste en la unción con óleo sagrado hecha por el sacerdote a los fieles que se hallan en peligro inminente de morir" y según la propia Iglesia católica se cree que fue el propio Jesucristo el que instituyó este 'rito', con el fin de "brindar a los enfermos en peligro de muerte los auxilios espirituales que necesitan".

"Algunas veces, si la hora de Dios no ha llegado, puede proporcionar el alivio de las enfermedades corporales", apuntan desde la agencia de comunicación de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. La extremaunción es una expresión que une dos términos: la 'unción', porque la persona enferma es untada en aceite, y 'extrema', porque se le confiere a quienes se consideran en una situación 'in extremis', en extrema invalidez física con probabilidad de morir.

Tal y como se realiza en la actualidad en la Iglesia católica según el ritual romano, este sacramento consiste en la unción con un aceite bendecido por el obispo en los órganos de los cinco sentidos —ojos, orejas, fosas nasales, labios y manos—, en los pies y en ocasiones también en la zona de los riñones, aunque sólo en el caso de los hombres, mientras se repite la siguiente frase:

Por esta santa unción y por su tierna misericordia el Señor te perdone todos los pecados o faltas que hayas cometido por la vista, por el oído, por el olfato...

La institución del sacramento de la extremaunción está descrita por el apóstol Santiago, tal y como se puede leer en St 5, 14s: "¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren sobre él, ungiéndole con óleo en el nombre del Señor; y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor le aliviará y, si tuviese pecados, se le perdonarán".

Si bien el sacramento completo requiere de cierto tiempo, cuando es probable que la muerte ocurra antes de que la extremaunción pueda completarse se puede utilizar una sola unción, con una forma general: Que por esta santa unción el Señor te perdone todos los pecados o faltas que hayas cometido. Se trata de una forma aprobada por el Santo Oficio en 1906 únicamente para los casos de extrema urgencia.