El mes sagrado delRamadán, que en 2023 ha empezado en España el 23 de marzo, al igual que los otros pilares fundamentales del islam (como pueden ser la oración y la peregrinación), supone una pausa reflexiva en medio del año, cuyo propósito es liberar al creyente de las rutinas automáticas de una vida, que puede terminar perdiendo su sentido verdadero.

Por petición expresa de Alá, según recoge el sagrado Corán, los musulmanes deben ayunar desde la salida del sol hasta el anochecer durante el noveno mes de su calendario, que se rige por la luna. La abstinencia es total: de cualquier comida y bebida (ayuno seco) y de relaciones sexuales. Tampoco se puede fumar.

Alá es la transliteración del nombre en árabe del creador: Dios.

El ramadán está lleno de significado para los musulmanes, es una de las épocas más importantes del año: en esta fecha el Corán comenzó a ser revelado al Profeta Muhammad. El islam es, según quienes lo siguen, una religión que se apoya en la lógica y que hace las veces de libro de instrucciones para la vida. El ayuno de Ramadán no es un medio para la expiación o purgación del pecado sino que en el islam su principal objetivo es el de acercarse a Dios.

El ayuno es paciencia en obedecer a Alá, paciencia en alejarse de las cosas prohibidas por Alá y paciencia en soportar el decreto de Alá, como el hambre, la sed, la debilidad física y mental.

Una de las metas del ayuno es, como se explica en este artículo de Oumma.com al respecto de este mes: "imponerse un momento de introspección para retomar lo esencial, redescubrir el propósito original, reconectar con nuestra humanidad y, en última instancia, regresar a Alá. Dado que no somos meras máquinas, sino seres elevados y nobles creados por Alá, se nos ha otorgado la libertad de elección y la habilidad de comprender, para así retornar a Él (Alá) con humildad. Fortalecer la fe implica adoptar momentos de reflexión que nos permitan cuestionarnos, renovarnos y, siempre, volver a Él".

Así, durante el Ramadán, los musulmanes ayunan para reconectar con su espiritualidad, redescubrir su humanidad y fortalecer su relación con Allah.

El ayuno purifica el cuerpo físico de las toxinas, ayuda a disciplinar el alma y purificarla de lo reprobable. Es el único acto de adoración que Dios pide para sí mismo. Y es por eso que el Ramadán es tan especial para los musulmanes practicantes.

Existe un hadiz, un dicho del Profeta Muhammad, quien a través del ángel Gabriel trajo el mensaje de Dios, que dice: El Mensajero de Alá (la paz y las bendiciones de Alá sean con él) dijo: "Alá dijo: 'Toda obra del hijo de Adán es para él, excepto el ayuno; es para Mí y Yo lo recompensaré por ello...'" (aunque no especifica cuál será la recompensa). Este hadiz señala la virtud del ayuno de diversas maneras:

1. Alá distinguió el ayuno sobre todas las demás buenas acciones, debido a su honorable estatus ante Él, porque Él lo ama y porque es una demostración de sinceridad hacia Él, ya que es un secreto entre una persona y su Señor, que nadie puede ver excepto Alá. La persona que ayuna puede estar en un lugar sin otras personas alrededor, y podría comer o beber lo que Alá ha prohibido al que ayuna, pero no lo hace. Entonces, renuncia a ello por amor a Alá y buscando Su recompensa. El beneficio de esta distinción se verá el Día de la Resurrección, según recoge la tradición islámica.

2. Alá dijo sobre el ayuno: "Yo lo recompensaré por ello". Así, vinculó la recompensa del ayuno a Sí mismo, porque la recompensa de las acciones justas se menciona por número, y una buena acción será recompensada entre diez y setecientas veces, muchas veces. Pero en cuanto al ayuno, Alá vinculó la recompensa a Sí mismo sin especificar un número. Entonces, la recompensa de quien ayuna será muy grande, sin límites.

Por qué ayunan los musulmanes en el Ramadán

¿Por qué el ayuno está vinculado a la pureza?

La pureza está relacionada con el hecho de que el islam requiere de sus seguidores que limpien sus corazones y acciones de cualquier acto o comportamiento indecente, inmoral y malvado. Por lo tanto, la purificación implica mucho más que simplemente ayunar. Durante el Ramadán, también se debe abstener de tener relaciones sexuales durante las horas de luz del día, así como de cometer obscenidades, vulgaridades, mentir, meterse en discusiones o peleas, entre otras cosas reprobables.

Y la purificación no se limita al mes del Ramadán, sino que es fundamental en los rituales diarios del islam. Para las oraciones diarias hay que realizar abluciones... lavado de manos, boca, cara, brazos y pies con agua limpia (sin derrochar). El islam también requiere un baño purificador después del acto sexual.

De esta manera, el ayuno en el mes sagrado del Ramadán va más allá de la mera abstinencia de comida y bebida. En cambio, es un acto de purificación y refuerzo de la moralidad que se extiende a otras áreas de la vida de los musulmanes. Al seguir estas prácticas, los creyentes pueden fortalecer su relación con Alá, purificar sus corazones y acciones, y cultivar la paciencia y la humildad en su vida diaria.