Las manchas de óxido en suelos, objetos de metal o incluso en la ropa, son tan complicadas de eliminar como frecuentes y habituales en muchos hogares. Por eso, necesitas conocer los trucos y productos para quitar el óxido de cualquiera de estas superficies.
Seguro que alguna vez has abierto tu caja de herramientas y te has encontrado con varias llenas de óxido. O quizás, has movido de sitio algún mueble y sus patas de metal han dejado señales de corrosión en el suelo. ¿Y qué me dices de la pesadilla que es sacar tu ropa limpia de la lavadora y descubrir que algo en su interior ha manchado de óxido tu prenda favorita? Pues respira, porque aquí tienes los mejores remedios caseros para eliminar las manchas de óxido y decirles adiós rápidamente.
Cómo quitar el óxido del metal
Cuando el agua consigue llegar y quedarse por un tiempo en una superficie de metal siempre deja la misma desagradable sorpresa: el óxido. Pasa a menudo con herramientas, cuchillos o cualquier otro objeto de metal. Pero tranquilidad, porque hay diferentes productos que puedes usar para deshacerte del óxido y hacer que el metal quede como nuevo.
1. Bicarbonato. Enjuaga el objeto y quita bien el exceso de agua agitándolo enérgicamente varias veces. Ahora echa los polvos de bicarbonato asegurándote de que cubres todas las partes oxidadas (el polvo se pegará a las zonas que han quedado más húmedas, eso está bien). Déjalo reposar como mínimo una hora o, si tienes tiempo, toda la noche. Después frótalo con un cepillo de cerdas de metal o con un estropajo de acero inoxidable hasta que todo el óxido vaya desapareciendo; si es una sartén mejor usa un estropajo normal para no dañarla. Luego enjuágalo y sécalo con un trapo de cocina o toalla, cerciorándote de que no quede nada de humedad. Este método es bueno para objetos pequeños con ligeras manchas de óxido.
2. Coca Cola. Aunque suene a broma hay una explicación científica: los refrescos de cola contienen sustancias ácidas, como el ácido fosfórico, que al entrar en contacto con el metal reaccionan con el oxígeno ayudando a eliminar la corrosión. Así que abre la nevera, agarra una bebida de cola y ¡toma nota! Sumerge el objeto en cuestión en suficiente Coca Cola para que lo cubra por completo y déjalo actuar toda la noche. Al día siguiente sácalo de ahí y con un trapo o toalla vieja limpia el óxido que quede, verás cóomo se va fácilmente. Si no es posible sumergir el objeto, ya sea por su tamaño o porque podrían dañarse otras partes, entonces tienes estas tres opciones alternativas:
- Haz una bola con papel de aluminio, mójalao en Coca Cola y frota en la zona oxidada hasta eliminarlo.
- Empapa de Coca Cola varias toallas y envuelve el objeto. Déjalo actuar toda la noche o varios días (depende de lo rebeldes que sean las manchas) y luego frótalo con una bola de papel de aluminio
- Moja la zona manchada de óxido con Coca Cola y frótala con papel de lija hasta dejarla reluciente.
3. Vinagre. Según el tamaño de aquello que quieras limpiar, elige un vaso o una cazuela para llenarla con vinagre blanco y sumerge ahí el objeto. Si no se puede sumergir porque tiene piezas de otros materiales que se podrían dañar, entonces empapa varios trapos con vinagre blanco y envuelve la zona que esté oxidada con ellos. En cualquiera de los casos, déjalo actuar toda la noche. Después saca el objeto del continente donde lo has dejado reposar y con un estropajo de aluminio o un cepillo de metal raspa el óxido hasta que se haya ido por completo. Verás que todo va saliendo todo al frotar y ¡casi sin esfuerzo!
4. Detergente para los platos y patatas. Sí, es cierto, parece de risa. Pero la verdad es que este método funciona de maravilla para manchas de óxido ligeras y moderadas que están en superficies de fácil de acceso. Corta la patata por la mitad y cubre la parte interior con detergente para los platos (también puedes usar bicarbonato). Ahora usa la patata como lo harías con un estropajo, frotando en la zona oxidada. A medida que el ácido oxálico presente en este tubérculo reacciona con el jabón, irá limpiando el objeto y dejándolo como nuevo.
5. Ácido cítrico: Esto es algo que normalmente no se tiene en casa, pero si necesitas quitar el óxido de herramientas u otros objetos bastante a menudo, entonces es una buena idea tener ácido cítrico en polvo en la despensa. Lo puedes conseguir fácilmente en grandes superficies, en establecimientos de alimentación natural o en tiendas online.
Usarlo es bien sencillo, selecciona un recipiente donde quepa el objeto que quieres limpiar y llénalo de agua caliente; con unos centímetros bastará, solo asegúrate de que sea suficiente para cubrirlo. Añade dos o tres cucharadas de ácido cítrico al agua y no te asustes de las burbujas. Sumérgelo durante toda una noche y cuando lo saques al día siguiente ¡tachán! el óxido habrá desaparecido. Si la "magia" no ha actuado en las manchas más rebeldes, frota el óxido que quede con un cepillo, luego enjuágalo y sécalo bien. Ten cuidado porque el ácido cítrico podría dañar otras superficies o quitarles la pintura, así que únicamente usa este método si es posible no comprometer el estado del objeto.
6. Limón y sal. Este truco funciona muy bien para manchas menos rebeldes, por ejemplo, las típicas que acaban saliendo por diferentes zonas en los cuchillos de cocina. En estos casos pon muchísimo cuidado en no cortarte, usa un guante protector o las medidas oportunas para protegerte. Cubre completamente la zona oxidada con una capa gruesa de sal y después exprime encima el jugo de un limón o una lima. Hazlo reposar dos o tres horas y frótalo con la cáscara. Si quedara óxido vuelve repite el proceso y déjalo actuar por una o dos horas más.
Cómo quitar el óxido del suelo
Las manchas de óxido en el suelo pueden ser todo un dolor de cabeza, ya que son difíciles de eliminar y, por supuesto, no muy agradables de ver. Y no solo es por el aspecto de sucio que dejan en el suelo, sino porque a veces hasta puede debilitarlo y causar agujeros. Aquí te traemos los mejores productos para deshacerte de las manchas de óxido del suelo.
1. Bicarbonato. Estos polvos actúan eficazmente eliminando el óxido y en combinación con otros ingredientes su efecto es todavía mayor. Pero antes de nada deberás valorar la dureza y resistencia de tu suelo y decidir si es adecuado utilizarlo. Si no lo tienes del todo claro, entonces haz la prueba en una pequeña zona del suelo que no esté muy a la vista, para ver cómo reacciona. Así, en el caso de que se dañe no te llevarás las manos a la cabeza.
Pasta de dientes y bicarbonato. Cubre la mancha con una capa fina de pasta y échale un poco de bicarbonato encima. Después frota suavemente haciendo movimientos en círculo con un cepillo de cerdas suaves. Este es un método poco agresivo, por tantotanto, deberás repetir el proceso varias veces seguidas hasta que la mancha de óxido desaparezca.
Bicarbonato y agua. Haz una pasta mezclando estos dos ingredientes y cubre la mancha. Deja que actúe y que vaya quitando el óxido. Luego con un cepillo de dientes viejo o con un trapo frota para ayudar a quitar el óxido más rebelde.
Vinagre blanco y bicarbonato. Puedes hacer la pasta con vinagre en vez de con agua. Eso sí, este método es el más agresivo así que piensa bien si tu suelo es suficientemente resistente.
2. Vinagre blanco. Es muy eficaz también contra el óxido y además es algo que casi todo el mundo tiene siempre en casa, así que puedes echar mano del vinagre en cualquier momento para devolver a tu suelo su aspecto original.
Vinagre blanco solo. Vierte una buena cantidad sobre la zona del suelo que tenga óxido. Después de dejarlo actuar unos 15 minutos, límpialo con un trapo. Repítelo hasta que la mancha se vaya aclarando y por fin desaparezca completamente.
Vinagre y sal. Prepara una pasta espesa echando bastante sal al vinagre y aplícala encima de la mancha de óxido. Déjala reposar como mínimo una hora y límpialo con un trapo.
3. Limón. Debido al contenido en ácido cítrico de su jugo, el limón es un limpiador natural realmente bueno y con propiedades antibacterianas. ¡Y además huele de maravilla!
Limón y sal. Aplica jugo de limón recién exprimido en la zona que tenga la mancha de óxido, espolvorea sal encima y déjalo reposar. Luego frota con fuerza con un cepillo de cerdas blandas, puedes usar un viejo cepillo de dientes, y verás que la mancha ha desaparecido. Si no se ha ido del todo, ya sabes, repite el proceso tantas veces como necesites hasta que lo hayas quitado totalmente.
Limón y bórax. Haz una pasta consistente mezclando bien un poco de jugo de limón con un par de cucharadas soperas de bórax. Aplícala en la superficie manchada de óxido. Después de una hora aproximadamente limpia con un paño y verás como las señales de corrosión han desaparecido. Además de ser biodegradable, el bórax es un limpiador espectacular que te servirá en el hogar para múltiples usos. No lo dudes y hazte con un paquete de bórax para tu casa, no dejarás de usarlo. Es fantástico.
4. Aceite de queroseno. Si lo tienes en tu casa debes que saber que este aceite es también un muy buen limpiador. Y si no, puedes conseguirlo en tiendas online fácilmente. Pero ¡ojo!, toma las precauciones adecuadas, ya que es inflamable y tóxico. Aplica la cantidad aproximada a dos cucharadas en la mancha de óxido y deja que repose unos diez minutos. A continuación, con un trapo de algodón frota la zona y límpiala. Si el óxido se resiste, usa un estropajo metálico hasta que la mancha se vaya. No lo enjuagues con agua, mejor límpialo con un paño.
Cómo quitar el óxido de la ropa
Cuando alguna de tus prendas de ropa se mancha de óxido hay que tratarlo rápidamente si no quieres que se quede ahí para siempre. Por eso te traemos estos tres remedios caseros que quitarán el dichoso óxido de tus prendas.
Pero ¡cuidado!, es muy importante que tengas claro que antes de hacer cualquier tratamiento a tu prenda, es mejor que pruebes en una zona no visible (por ejemploejemplo, el interior de la manga o de un bolsillo) para ver cómo reacciona el tejido. Y una vez que comiences a tratar la prenda, no está de más que revises la tela cada cierto tiempo para asegurarte de que no se va decolorando o que el remedio que estás aplicando no está dejando un cerco alrededor de la mancha. Ya sabes, es mejor prevenir que curar.
1. Limón con sal o bicarbonato. Puedes usar estos ingredientes para tratar prendas blancas o confeccionadas con fibras naturales sin blanquear como el lino. Sin embargo, en ropa de color o tejidos delicados toma las precauciones que te hemos contado. Comienza espolvoreando sal en la zona con óxido, a continuación, exprime un limón y viértelo en la tela hasta cubrir la mancha. Otra opción es olvidarte de la sal y mezclar el zumo del limón con una cucharada sopera de bicarbonato para aplicarlo en la zona. En cualquier caso, deja actuar la mezcla durante aproximadamente diez minutos. A continuación, pon a secar la prenda al sol unas horas hasta que la mancha haya desaparecido. Después enjuágala con agua tibia o fría y ponla a lavar como haces normalmente.
2. Vinagre y sal. Te recomendamos este método para manchas que llevan más tiempo sin tratar, por tanto más rebeldes, en prendas blancas o en telas naturales sin blanquear. Toma las precauciones que te hemos contado para probar en ropa o colores que podrían dañarse. Echa sal en la zona y a continuación vinagre en cantidad suficiente para cubrir la mancha. Limpia el óxido que vaya saliendo con una toalla blanca que no esté sucia o una esponja. Igual que con el anterior método, deja la prenda secando al sol, enjuágala con agua templada o fría y después échala a la lavadora como siempre.
3. Detergente para fregar los platos: este truco es fácil y suele funcionar. Añade una pequeña cucharada de detergente a un vaso de agua tibia, revuelve bien y viértelo sobre la mancha de óxido. Déjalo actuar diez minutos y enjuágalo con agua fría. Ponlo a lavar como lo haces habitualmente.
Si la mancha es rebelde aplica el detergente puro y déjalo reposar durante unas horas. Luego enjuágalo y, a lavar.
Si ninguno de estos métodos consigue quitar las manchas de óxido de tu ropa o si crees que la prenda es muy delicada, no lo dudes y acude a los profesionales para que hagan ellos el trabajo por ti.
Estamos seguros de que con esta guía completa para quitar el óxido de cualquier superficie de tu casa (o por lo menos de las superficies más comunes) las manchas de corrosión ya no volverán a ser tu pesadilla en el hogar nunca más.