Más de 300.000 personas en España tienen artritis reumatoide y cada año se diagnostican unos 20.000 nuevos casos, fundamentalmente en mujeres. Se trata de una enfermedad reumática que ataca a las articulaciones del cuerpo, provocando como síntomas inflamación, dolor y rigidez, afectando de forma importante a la calidad de vida de quienes la sufren.

Es clave darle visibilidad para detectar la enfermedad lo antes posible, porque de esta forma se consigue tener más y mejor controlada la artritis reumatoide, cuyo Dia Mundial se celebra hoy, 12 de octubre. De hecho y según exponen desde la Sociedad Española de Reumatología (SER) y desde la Fundación Española de Reumatología (FER), es clave controlar los brotes y mantener la enfermedad controlada para evitar las posibles complicaciones.

Actualmente -expone la FER- "gracias al diagnóstico precoz y a la existencia de nuevos tratamientos, la mayoría de los pacientes consiguen tener la enfermedad controlada desde etapas más tempranas y mantener así su calidad de vida".

No se sabe la causa de la artritis reumatoide, "aunque tiene una base genética y se han descrito elementos ambientales muy bien identificados como el tabaco, la microbiota, los virus y la dieta en su aparición", tal como explicaba el Dr. José A. Román Ivorra, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Politécnico La Fe de Valencia durante el curso 'Lo mejor del año en AR 2023', organizado por la SER los pasados 6 y 7 de octubre.

Estos cuatro factores ambientales son: el tabaco, la microbiota, los virus y la dieta: "Interviniendo en estos determinantes de salud se podría influir reduciendo el riesgo de aparición de la enfermedad. Por ello, influir sobre factores de riesgo modificables en población de alto riesgo es posible, aunque se desconoce el resultado de dicha intervención", añade el doctor.

  • Dieta
  • Tabaco
  • Microbiota
  • Virus

Con respecto a la dieta, tal como exponen desde la FER en este video, la carne roja, la sal y las bebidas azucaradas se han asociado con su desarrollo. Por el contrario, el aceite de oliva, el pescado y las verduras se han asociado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad. Los ácidos grasos omega 3 que contienen algunos pescado tienen propiedades antiinflamatorias así como las verduras poseen propiedades antioxidantes y el tocoferol del aceite de oliva elimina los radicales libres. En este artículo Dieta para mejorar la artritis: 7 alimentos beneficiosos y 7 perjudiciales podemos conocer más y con más detalle esta relación.

Identificar a las personas con riesgo de artritis reumatoide

En cuanto a la parte genética, según explica el doctor Román Ivorra, se sabe que la población con títulos altos tanto de anticuerpos anticitrulinados (ACPA) y Factor Reumatoide (FR) es la que con mayor probabilidad desarrollará en el intervalo de unos años una artritis reumatoide.

Por lo tanto, "detectar a población de riesgo con aumento de dichos factores y sobre ellos hacer educación sanitaria, incluso administrar fármacos, sería lo ideal. No obstante, esto sólo es factible en familiares de pacientes con artritis reumatoide, ya que son los que con mayor probabilidad tendrán mayor riesgo de tener dichos autoanticuerpos positivos", detalla el profesional.

Así, la mejor estrategia para lograr controlar la artritis reumatoide "pasaría por lograr un diagnóstico lo más precoz posible, identificando a aquellos individuos considerados de alto riesgo, ya que a priori permitiría implantar medidas preventivas que podrían detener el inicio y la progresión de la enfermedad. El tratamiento por objetivos y con un seguimiento estrecho ha demostrado mejorar claramente el pronóstico de la artritis reumatoide", asegura el doctor.

Los resultados de los ensayos clínicos que se están aportando en este terreno para padecen esperanzadores y el doctor Román Ivorra se muestra muy optimista con ellos: "Disponemos de datos con algún fármaco que es capaz de retrasar y reducir la tasa de pacientes con artritis reumatoide, así como reducir significativamente la actividad inflamatoria medida mediante ecografía y resonancia magnética, y disminuir también la concentración de los autoanticuerpos relacionados con la artritis reumatoide (ACPA y FR).

De manera que, tal como concluye, "entender con mayor precisión la fisiopatología de la artritis reumatoide y afinar en el diagnóstico inmunológico preclínico, podría ayudar considerablemente en el abordaje de estos pacientes, y sobre todo cuando seamos capaces de encontrar fármacos que ofrezcan altos niveles de eficacia con máxima seguridad y mínimo tiempo de exposición a ellos".