Sí, segundas partes pueden ser buenas después de una infidelidad. En ocasiones, pueden funcionar, siempre y cuando ambos miembros de la pareja cumplan una serie de criterios o de claves, que no de normas. Aunque como todo lo que concierne a las relaciones de pareja y del corazón, todo depende de muchas, muchísimas cosas.
Por ello, es importante que digamos eso de a veces, en ocasiones, tal vez.... Porque como sabemos en esto de las segundas oportunidades tampoco hay reglas escritas. Y no todas las parejas son o serán como las de Tamara Falcó e Iñigo Onieva y se produzca como dicen desde su entorno, "el milagro navideño".
Porque realmente para que las segundas partes funcionen, influyen muchas cosas, pero la más importante de todas es la del perdón. Sí, el cómo ha sido ese perdón. "A veces es más importante eso que la decisión en sí de perdonar", afirma a laSexta.com Ana Sierra (@anasierraes), psicóloga, sexóloga, terapeuta de pareja.
Veamos esto, a continuación, con más detalle y expliquemos cuáles son, por regla general, según esta especialista algunas de las claves por las que una pareja puede dejar atrás una infidelidad, siempre y cuando estuviera en su pacto de pareja el serse fiel el uno al otro, y continuar de nuevo, con una relación estable. (Por supuesto, siempre teniendo en cuenta que no haya comportamientos graves: violencia, maltrato).
La persona infiel es la única responsable de la infidelidad
"Normalmente, no se puede esperar que una relación vuelva a estar como antes, porque si se ha producido una infidelidad, cuando ambos miembros de la pareja tenían el pacto de que no hubiera, toca revisar lo que ocurría antes, para haber llegado a la infidelidad", explica Sierra, también experta en EMDR y escritora.
Pero esto, aclara la experta, "no significa que la persona que ha sido infiel se pueda justificar diciendo que lo hizo porque le faltaban cosas en la relación o que echaba de menos esto o lo otro... No, la decisión de ser infiel fue suya y por tanto, la responsabilidad sólo es del infiel, nunca de la otra persona".
Y esto es algo que debemos dejar muy claro porque "en ocasiones, la persona a la que le fueron infiel se culpa a sí misma y a veces, por ello, tiende a perdonar cosas que pueden ser peores que la infidelidad en sí", afirma.
Y es que al final, añade, "es un error medir la infidelidad sólo por los genitales y no poner el foco en la deslealtad a los acuerdos que había en la pareja. Así es fundamental que el infiel no tire balones fuera y que la otra persona no se culpe en absoluto. Hay que aceptar bien cada responsabilidad".
Para perdonar realmente, se necesita un tiempo
Otra de las cuestiones que debemos tener claras es que para perdonar se necesita un tiempo, "a veces hay que pasar un duelo, porque muchas veces de primeras, solemos decir que jamás perdonaríamos una infidelidad y luego acabamos haciéndolo, por ello es importante que pase un tiempo, para perdonar o no", sostiene Sierra.
De hecho y como comentaba también por su parte Pilar Conde, directora de Clínica Origen, en un artículo sobre la infidelidad, "entre la ruptura y continuar la relación está eso que se conoce como darse un tiempo y para que cumpla su función de periodo reflexivo requiere que el infiel respete los ritmos que necesite la otra parte para procesar todo lo vivido y estar disponible para hablarlo cuando ya esté preparada".
También, añade Sierra, es importante lo que haga el entorno. Porque podemos decir eso de 'amiga, date cuenta' pero luego nuestra amiga hacer lo que le venga en gana.
Por lo que es importante "apoyar a nuestro amigo/a sin poner demasiado nuestros criterio de por medio, porque hoy estamos apoyando lo que dice nuestra amigo/a (mi expareja es lo peor, no me he encontrado a nadie peor....) y mañana podemos estar de nuevo con la expareja de nuestro amigo/a cenando de nuevo", aconseja.
La decisión de perdonar tiene que estar bien meditada
Como decíamos al principio, es más importante de dónde viene ese perdón que la decisión en sí de perdonar. Es más importante el porqué perdonamos realmente.
Según explica Sierra, no es lo mismo hacerlo por cosas externas como por ejemplo, por no quedarme solo/a; porque no voy a encontrar ya a alguien mejor, porque quiero casarme o tener hijos, porque.... que porque realmente lo sienta. El perdón tiene que ser porque realmente queremos a esa persona, porque queremos estar con ella.
Es decir, "la decisión de perdonar o no tiene que ser una decisión basada en la autoafirmación, no por seguir mitos o creencias del amor romántico (como la media naranja) u otras cosas similares, que no nos permiten evaluar la situación como realmente es", asegura la experta.
Y realmente -añade- "da igual cuál sea la decisión, da igual si perdonas o no, pero la decisión tiene que ser tuya, propia, meditada y conectando con lo que realmente te lleva a perdonar o no a esa persona.
La confianza se gana sin poner restricciones
Y siguiendo con la frase anterior, hay que perdonar sin restricciones, es decir, sin querer cambiar a la otra persona, sin controlarla. Porque realmente, "la confianza se gana sin restringir o poner límites a la pareja porque esto realmente no funcionará porque no le permitimos al otro/a ser como realmente es. Si conseguimos perdonar y volver ambos con la relación tiene que haber, por parte de ambos, plena confianza que es lo más importante y complicado de todo el proceso", asegura Sierra.
Sin embargo, es importante hacer una buena evaluación de la relación anterior, de las cosas que no iban bien y del porqué no iban bien, teniendo en cuenta las opiniones y valoraciones de cada miembro de la pareja. Es decir, "hacer una reformulación de la relación, sin restricciones o control", afirma Sierra.
Y sí a veces una infidelidad sirve para que reformulemos la relación, por ejemplo, yendo a terapia de pareja (que sería realmente lo ideal para solucionar estas cosas: bien para seguir con la relación o no, pero para darle un final) y se replanteen ciertas cosas que no estaban bien, las carencias que había... O simplemente para darse cuenta, en esa reformulación, de lo que realmente quieren ambos.
"A veces, muchas parejas se dan cuenta de que vivían con el piloto automático puesto en la rutina y no estaban pendientes de cuidarse el uno del otro, y de repente comprenden que realmente hacían falta más cosas... Y esto puede fortalecer la relación o darse cuenta de que es mejor vivir cada uno por su lado", añade la experta.
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No obstante y para finalizar es importante destacar, concluye Sierra, que "en ocasiones, una infidelidad puede salir bien para "reforzar la pareja" pero nunca es la solución porque es un verdadero órdago que no recomendaría nunca".