Mucho se banalizado -y todavía aún se hace- sobre el trastorno bipolar (o bipolaridad), una enfermedad mental que supone la sexta causa de discapacidad en el mundo y en España lo padecen alrededor de 1 millón de personas, aunque una gran parte de ellas está sin diagnosticar. Pero ¿qué es exactamente este trastorno? ¿Cómo podemos reconocerlo?

Según explica a laSexta.com Manuel Oliva, psicólogo y director de Center Psicología Clínica y miembro del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COP), con motivo del día mundial del trastorno bipolar (30 de marzo), se trata de uno de los trastornos más difíciles de diagnosticar.

"El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica en la que se encuentran alterados los mecanismos que regulan el estado de ánimo y se caracteriza por episodios de manía o hipomanía y depresión que pueden alternar entre sí, aunque en la mayoría de los casos, predomina uno sobre el otro".

Síntomas del trastorno bipolar

El episodio de manía

Según explica Oliva, éste se caracteriza por un estado de ánimo persistentemente elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía dirigida a un objetivo, que dura como mínimo una semana y está presente la mayor parte del día, casi todos los días (o cualquier duración si se necesita hospitalización) o síntomas maníacos tan graves que pueden requerir atención hospitalaria inmediata. Algunos síntomas:

  • Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza
  • Disminución de la necesidad de dormir
  • Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación
  • Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad
  • Facilidad de distracción: la atención cambia demasiado fácilmente a estímulos externos poco importantes o irrelevantes), según se informa o se observa
  • Aumento de la actividad dirigida a un objetivo o agitación psicomotora: actividad sin ningún propósito no dirigida a un objetivo)
  • Participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades de consecuencias dolorosas. Por ejemplo, dedicarse de forma desenfrenada a compras, juergas, indiscreciones sexuales o inversiones de dinero imprudentes)

El episodio de hipomanía

"Es una variante menos extrema de la manía y que tiene una menor duración. El episodio no es suficientemente grave como para causar una alteración importante del funcionamiento social o laboral, o necesitar hospitalización. En este episodio se asocia a un cambio inequívoco del funcionamiento que no es característico del individuo cuando no presenta síntomas. La alteración del estado de ánimo y el cambio en el funcionamiento son observables por parte de otras personas.

El episodio depresivo

Por último, este otro episodio característico del trastorno bipolar -añade el psicólogo- "se caracteriza por ánimo depresivo o pérdida de interés o placer y, salvo los pensamientos o los intentos de suicidio, los siguientes síntomas deben estar presentes durante casi todo el día". Así, los síntomas serían los siguientes:

  • Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día
  • Disminución del interés o placer en todas o casi todas las actividades la mayor parte del día
  • Aumento o pérdida significativa de peso, o disminución o aumento del apetito
  • Insomnio, a menudo insomnio de mantenimiento del sueño, o hipersomnia
  • Agitación o retardo psicomotor observado por otros
  • Fatiga o pérdida de energía
  • Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada
  • Capacidad disminuida para pensar o concentrarse, o indecisión
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio o un plan específico para suicidarse

Sí, el trastorno bipolar se puede tratar

"Se trata de uno de los problemas más importantes y difíciles de diagnosticar", apunta este profesional. Normalmente, "su inicio suele empezar en la adolescencia o principio de la edad adulta, si bien el diagnóstico puede tardar años en realizarse ante la dificultad de identificar episodios maníacos o hipomaníacos".

Por ello, cuando se hace el diagnóstico, añade el experto, "la persona ha podido ir acumulando episodios tanto depresivos como maníacos, y se ha podido producir un deterioro psicosocial mayor. Los tratamientos farmacológicos ante un diagnóstico erróneo (generalmente, depresión) han podido influir en la apariencia y características de los síntomas", señala.

No obstante, es importante destacar que con el tratamiento adecuada la persona puede controlar perfectamente los síntomas de su enfermedad. De hecho y según informan desde la Clínica López Ibor: "Dar con el tratamiento preciso es el antídoto para poder normalizar la vida del paciente. El tratamiento de este trastorno no es único, cada persona es diferente y su tratamiento debe ser personalizado, es decir, no existe un remedio general para todas las personas que lo padecen".

Así, añaden que "una vez establecido el diagnóstico, el fundamento del trastorno bipolar es el tratamiento farmacológico, que debe de ser indicado por un psiquiatra".