Superar un trastorno de alimentación no es nada fácil. Y las personas y familiares que han pasado o están pasando en este momento por uno, lo saben bien. Para ello, se necesita de un tratamiento multidisciplinar, esto es, una intervención que requiera del trabajo de múltiples profesionales: psicologo/a, nutricionista, psiquiatra y médico/a, siendo la intervención por excelencia y siempre imprescindible en los trastornos de alimentación, la psicoterapia.

Desde hace unos años, dentro de la terapia psicológica, se emplea la realidad virtual, una herramienta que ya ha llegado para quedarse y que cada vez se usa más en personas con trastornos de anorexia o bulimia, los dos trastornos de alimentación más frecuentes.

En España, se estima que alrededor de unas 500.000 personas sufren un trastorno de la conducta alimentaria y la edad de inicio suelen ser los 14 años, pero en los últimos tiempos se ha adelantado a los 11-12 años. La influencia de las redes sociales han tenido también en esto mucho que ver.

En España, se estima que alrededor de unas 500.000 personas sufren un trastorno de la conducta alimentaria y la edad de inicio suelen ser los 14 años

Montse S. Povedano, psicóloga y fundadora de eãtica, una clínica especializada en la superación de los trastornos de conductas alimentarias y que usa la realidad virtual en su terapia, explica a laSexta.com que el interés por esta técnica o herramienta y sus posibles aplicaciones, tanto para el estudio como la práctica de la psicología, apareció alrededor de hace tres décadas.

Al final, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, "tienen el potencial para transformar y mejorar todos los campos de la psicología. Esta rápida innovación tecnológica abre un mundo de oportunidades y retos también para la psicoterapia. La imagen de paciente y psicoterapeuta sentados cara a cara con lápiz y papel se combina hoy en día, gracias a la tecnología, con otros escenarios", explica.

La realidad virtual permite que las personas se adentren en entornos tridimensionales generados por ordenador e interactúen con ellos en tiempo real. "Pero lo más importante, lo que convierte la realidad virtual en una potente herramienta terapéutica, es la capacidad de inducir el sentido de presencia, y esto es lo que más la diferencia de otro tipo de medios. El sentido de presencia se define como el grado de 'estar ahí', de sentirse inmerso y en interacción", explica Povedano.

Esta capacidad de 'estar ahí', sostiene la psicóloga, "es uno de los factores responsables por el cual la realidad virtual puede provocar las reacciones físicas, emocionales, y psicológicas necesarias para el éxito terapéutico, porque son muy similares a las que se sentirían en contexto real. De modo que, al ofrecer una experiencia virtual similar a una experiencia real, la realidad virtual permite una transferencia de las habilidades aprendidas casi de forma automática".

Cómo aplicar la realidad virtual en los trastornos de alimentación

De forma tradicional, en los trastornos de conducta de alimentación, la realidad virtual se ha utilizado para intentar reducir la ansiedad que al paciente le producen alimentos más temidos por su contenido calórico o situaciones de exposición del cuerpo. Esto es, "se ha utilizado para poder trabajar en consulta esta relación de ansiedad, evitando el escape o la evitación de ese objeto y modulando con la ayuda del psicólogo la respuesta emocional que le genera", explica Povedano.

Sin embargo, tal como añade esta profesional, "en los últimos años y gracias al sistema EYME-Explore Your Meanings (una plataforma digital de evaluación psicológica), la realidad virtual permite trabajar aquellos aspectos más personales: permite la exploración de la propia identidad de la persona, con la posibilidad de interactuar, gracias a ese entorno virtual y explorar posibilidades de cambio".

Podríamos decir que "propone otro escenario de uso que no está únicamente orientado a la sintomatología más fóbica relacionada con los trastornos de alimentación o a la percepción del cuerpo sino al trabajo de los aspectos intrapsíquicos que explican o permiten entender la sintomatología de cada paciente y su mantenimiento en la enfermedad.

De hecho, argumenta que hay estudios que plantean que "una construcción de la identidad más pobre se relaciona con una vulnerabilidad a padecer un trastorno de conducta de la alimentación. Así, los déficits en el desarrollo del autoconcepto pueden funcionar como una vulnerabilidad que contribuye al desarrollo de estos trastornos", expone la profesional en psicología.

Así, indica la profesional que "las intervenciones terapéuticas en los trastornos de alimentación deben centrarse en la relación entrelazada entre el yo y el trastorno alimentario, en lugar de centrarse exclusivamente en cuestiones de peso y forma".

Es por ello que con los avances tecnológicos, es posible "crear escenarios inviables en el mundo real" que permitan llevar a cabo estrategias innovadoras y mejoras en las intervenciones terapéuticas que aplican los psicoterapeutas. Así y según finaliza Povedano, "en un futuro se deberán hacer ciertas inversiones si se quiere aprovechar todas las ventajas que la realidad virtual ofrece a la práctica clínica".