Es una pregunta recurrente. ¿Qué me pido mejor: unrefresco o bebida light, 0% azúcar o tal vez una normal, clásica, azucarada, de las de toda la vida? ¿Y si quiero adelgazar y estoy haciendo dieta?

Lo cierto es que debemos empezar diciendo que según las recomendaciones de una dieta sana, como es la dieta mediterránea, debemos reducir al máximo el consumo de ultraprocesados y bebidas carbonatadas.

Los expertos en medicina y nutrición recomiendan que los ultraprocesados y este tipo de refrescos y bebidas carbonatadas no se tomen de forma diaria sino de forma ocasional, ya que un exceso en su consumo podría traer consecuencias para la salud, a largo plazo.

Bebidas azucaradas, light y 0%

"Un informe del Constanza Business and Protocol School situó a España como el cuarto país del mundo que consume más refrescos azucarados con una media de 945 latas por habitante al año", explica a laSexta.com Andrea Calderón, secretaria científica de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y profesora de Nutrición en la Universidad Europea de Madrid

Cierto es que cada vez va disminuyendo el consumo de bebidas clásicas o normales, pero se sustituyen por versiones más reducidas en azúcar o en calorías. Quizá los principales motivos de este cambio -añade la experta- en la población sea el reducir calorías, pero también porque el azúcar es perjudicial para la salud.

Por ello, es que la gente tiende a escoger estas versiones (light o 0% azúcar), "no sólo en las bebidas sino también en otros productos como galletas y otros alimentos".

Como explicaba la nutricionista María Merino en este artículo, "nunca debemos fiarnos de un producto light, 0%, sin azúcar, ya que el hecho de que exista la versión modificada es indicativo de que eso no es sano". Según añadía esta experta, el que un producto se etiquete como light, hace referencia "a una reducción de al menos un 35 % de uno de los ingredientes en comparación a la versión original".

En el caso de las bebidas o refrescos, "la versión light técnicamente significa reducido en calorías, y, por tanto, en azúcar (sin tener porqué eliminar todo el azúcar)", sostiene Calderón. Pero, "lo cierto es que los refrescos light son lo mismo que los refrescos 0% azúcar. Es decir, en ambos casos no contienen nada de azúcar y su única diferencia radica en los aditivos -como los edulcorantes- que contiene cada uno (para darle sabor). Por tanto, a nivel nutricional son lo mismo. Lo que cambia realmente es el sabor", aclara.

Cuánto menos, mejor

Una vez comentadas las diferencias. ¿Cuál es mejor escoger: las azucaradas o las light o 0% azúcar? Según la opinión de Calderón, "si el objetivo es un consumo habitual, a diario en las comidas, o tomar varios refrescos a la semana, ninguna es una alternativa saludable".

"Pero si el objetivo es tomar puntualmente un refresco, en días ocasionales, ninguno va a ser perjudicial para la salud. Puestos a elegir, prefiero optar por los edulcorados, es decir, los light o 0% azúcar, puesto que quitamos 40 gramos de azúcar por refresco, y calorías 'vacías' o inútiles nutricionalmente", afirma la experta.

No obstante, "el hecho de que sea sin azúcar no debe hacernos pensar que podemos tomar más cantidad o aumentar la frecuencia de consumo. Pues en ambos casos, cuanto menos, mejor", insiste la experta. Es decir, para un consumo ocasional, de vez en cuando, ninguna de ellas será perjudicial. El problema está en si lo consumimos a diario o de forma frecuente.

El hecho de que sea sin azúcar no debe hacernos pensar que podemos tomar más cantidad o aumentar la frecuencia de consumo. En ambos casos (azucaradas o light), cuanto menos, mejor

Andrea Calderón, dietista-nutricionista

En el caso de las bebidas light o 0% azúcar (que no tienen azúcar pero sí edulcorantes), "la evidencia sobre sus efectos (sobre el efecto de los edulcorantes) para la salud es más limitada que la del azúcar, porque sobre todo a largo plazo, contamos aún con pocos estudios sólidos", explica Calderón.

Pero a nivel europeo contamos con una legislación que -continúa la experta- "propone ingestas diarias máximas seguras que puedan consumirse de cada edulcorante de forma totalmente segura. O lo que es lo mismo, un consumo ocasional de edulcorantes no supone ningún riesgo, pero consumos mayores (solo alcanzable con una dieta alta en ultraprocesados como los refrescos), si pueden generar daños". Por tanto, como hemos dicho: en cualquier caso, cuánto menos, mejor.

Un dato importante es que "si la población escoge refrescos light para perder peso o no ganarlo, no está claro que realmente sea una buena práctica según estudios recientes", explica Calderón. No obstante, lo importante de todo esto es tomar estos refrescos de forma ocasional e ir reduciendo poco a poco el consumo de azúcar.

Así y según explica y concluye Calderón, "debemos tener en cuenta que nuestra dieta actual nos sitúa en un umbral del dulzor demasiado alto, es decir, que estamos acostumbrados a tomar productos muy dulces, entre ellos los refrescos. Eso supone un problema debido a que cada vez necesitamos endulzar más todo tipo de alimentos y 'se nos queda corto' el sabor dulce natural de algunos como las frutas. Por tanto, sustituir el azúcar por edulcorante no soluciona el problema, sino que podríamos considerarlo una transición a acostumbrar nuestro paladar cada vez a un sabor menos dulce".