Durante el consejo de Ministros del Interior de la Unión Europea en Tallin, Zoido ha afirmado entender la petición italiana para acelerar la reubicación de refugiados pero ha recordado la presión migratoria que también soporta España en el Mediterráneo, eso si, a mucha menor escala que la que soporta Italia.

Por su parte, ha comentado que "España tiene el firme convencimiento de que cuando una persona recorre más de 4.000 o 5.000 kilómetros superando dificultades, cuando ya llega al mar Mediterráneo es muy difícil que se le pueda convencer de que retorne nuevamente de manera voluntaria a su país de origen".

También ha insistido en la necesidad de actuar en los países de origen de los inmigrantes y desarrollar proyectos que generen riqueza y estabilidad en los territorios pero calificando como fundamental el control de fronteras.