Robert es rumano. Llegó a España hace 15 años y trabaja de camarero. Él sí se quedo en España al estallar la crisis. "El salario de aquí siempre será más grande que el de allí", afirma a laSexta. Ptros, en cambio, decidieron marcharse para no volver. Según un estudio, en 2010 los extranjeros llegaron a representar el 12,2% de la población total, el nivel máximo alcanzado.

Ahora, en 2017, este porcentaje baja hasta el 9.8%. La recuperación económica no ha evitado la caída. En España, el peso de los inmigrantes ha bajado un 19,6% en siete años. El año de más salidas fue en 2013: casi medio millón de personas extranjeras abandonaron nuestro país. Ahora son menos, pero ¿cuál es el impacto por comunidades? Donde más se instalan: en núcleos urbanos y zonas costeras, como Madrid, la Comunidad Valenciana y Baleares.

Son algunas de las regiones en las que más inmigrantes hay, pero también en las que se registran las mayores caídas desde 2010: de más del 20%. En el lado opuesto está el País Vasco. Allí, la inmigración ha crecido un 1,9%. Es la única comunidad en la que lo hace. "Siempre se ha sabido que hay una menor tasa de inmigración y menos paro", explica Marta Lucía González Rodríguez, presidenta de la Asociación Hispanolatinoamericana Ahislama.

Antes de la crisis económica, la nacionalidad extranjera mayoritaria en España era la marroquí. A partir de 2014, desde que la economía tomara un nuevo rumbo, esta comunidad volvió a ocupar el primer lugar en nuestro país(16,4%), seguida de la comunidad rumana (15%). La nacionalidad que más ha descendido en nuestro país ha sido la ecuatoriana. "Hemos tenido que volver a nuestro país por la situación económica", cuenta una ecuatoriana. Además, por la falta de empleo.