Primero les arrestan, luego les llevan a un campo de concentración y allí les torturan sólo por ser gays. "Nos atacaban con pistolas de descargas eléctricas, es muy doloroso. Yo aguanté el dolor como pude, pero pronto perdí el conocimiento y caí al suelo. Hay un momento en el que el cuerpo entra en contacto con la electricidad empieza a temblar y sólo puedes gritar y llorar", explica un homosexual maltratado.

El principal culpable de esta persecución, según denuncia el diario ruso 'Novaya Gazeta', es Ramzán Kadyrov, presidente de la república rusa de Chechenia, militar, hombre de confianza de Putin e investigado por vulnerar los derechos humanos.

Kadyrov dice que no hay campo de concentración de gays porque asegura que no hay gays en Chechenia. Sin embargo la carta de un chico homosexual residente allí habla de pánico y de muerte.

"Crearon un cuarto de reclusión para homosexuales en Chechenia. Desde entonces he perdido el contacto con algunos amigos míos y estoy muy asustado. Tengo miedo de que descubran quién soy si investigan sus teléfonos móviles. Han matado a un amigo mío que trabajaba en la Orquesta Filarmónica Estatal", detalla.

Juan Carlos Rodríguez, que denuncia las torturas a gays en Chechenia, destaca que "el Gobierno está escuchando mensajes, espiando para poder exterminar a este tipo de ciudadanos".

En Rusia las manifestaciones por los derechos de los gays suelen terminar en detenciones y Putin pone esta cara cuando le preguntan por el tema. Ahora, el periódico opositor ruso Novaya Gazeta calcula que han desaparecido alrededor de 100 gays en Chechenia y al menos tres han muerto.