Bruselas mira preocupada a Italia, el cuarto país de la Unión y uno de sus fundadores tendrá un gobierno euroescéptico. Se nota en su programa. Aunque no hablen de abandonar el Euro, sí quieren renegociar normas como el pacto de estabilidad o la política monetaria.

"Viene a ser un órdago importante de lo que es la moneda única", explica el profesor de Relaciones Internacionales Pablo Martín de Santa Olalla.

Prometen un subsidio de 780 euros durante dos años para parados y una 'tarifa plana' que beneficia a los ricos. Medidas que costarán unos 65.000 millones de euros, un programa inasumible, dicen los expertos, para un país cuya deuda supone un 130% de su PIB.

"Va a ser sensiblemente recortado por las autoridades europeas. Italia ha podido mantener su situación sobre la base de un aliado muy importante que era el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Pero su mandato expira en 2019 y previsiblemente le va a sustituir la persona que menos le conviene a esta coalición que es el presidente del Banco Central Alemán", añade Martín de Santa Olalla.

Al frente de Interior estará, previsiblemente, Mateo Salvini. Ha conseguido incluir en el programa de gobierno su prometida expulsión de 500.000 migrantes. Pero los especialistas no ven factible llevarla a cabo.

"Lo que creo que se hará es hacer unas pocas deportaciones, muy probablemente serán bien cubiertas por los focos de las cámaras para justificar ante la opinión pública, pero creo que se quedará ahí", sostiene Francesco Pasetti, investigador del centro de Estudios Internacionales de Barcelona.

Lo que sí dan por seguro son los recortes al sistema de asilo y acogida. Además, los extranjeros quedan excluidos de los beneficios sociales que serán sólo para italianos. Medidas xenófobas que pueden crear una fractura social.