Descubre el Valle de los Géiseres, uno de los grandes secretos de Rusia

El Valle de los Géiseres es una de las grandes joyas que podemos encontrar en Rusia, uno de los países con más cultura de todo el mundo. Este valle está ubicado en la península de Kamchatka de Rusia y, además, es el único campo de géiseres que podemos encontrar en todo el mundo.

De hecho, podemos observar más de 200 géiseres en este valle, junto a un gran número de manantiales de agua caliente, así como fumarolas perpetuas. ¡Un auténtico espectáculo! Este es uno de los pocos lugares en todo el mundo donde se producen estos géiseres de manera absolutamente natural, contando con el Parque Nacional de Yellowstone ubicado en Estados Unidos.

Tampoco debemos olvidar otras zonas en Chile, Islandia y Nueva Zelanda. En Kamchatka podemos encontrar más de 20 manantiales térmicos, así como 200 pequeños salen a través de la corteza terrestre. Todo ello en un área de, aproximadamente, 7 kilómetros cuadrados. ¡Una auténtica locura!

Otra de las grandes anécdotas de este Valle de los Géiseres es que se le ha puesto nombre a más de 30. Uno de los más famosos es Velikan, siendo uno de los geiseres más grandes que se conocen. ¡El chorro de agua llega hasta los 40 metros, nada más y nada menos! Por si fuera poco, al menos unos 20 géiseres hacen erupción en un tramo concreto en la cuenca del conocido río Geysernaya.

Todo ello con decenas de fumarolas algo más pequeñas, así como cientos de manantiales de agua caliente que brotan. Uno de los géiseres más conocidos llega a estallar nada más y nada menos que 60 toneladas de agua, una o dos veces al año. Una cifra realmente espectacular.

Estos géiseres rusos fueron descubiertos por un científico local: Tatyana Ustinova, allá por el año 1941. Pasaron 14 años cuando publicó una serie de conclusiones aunque la gran exploración de la zona se llevó a cabo en 1972. En la década de los 80, Kamchatka se convierte en una gran atracción para los turistas. A tal punto llega la cosa que, en 2008, el Valle de los Géiseres fue elegido como una de las siete maravillas de Rusia. Siendo honestos, no es para menos.

Su remota ubicación, en una reserva natural, hace que pocos sean los afortunados que puedan visitar año tras año este Valle. A pesar de que en 2007 una gran avalancha de lodo logró inundar nada más y nada menos que dos terceras partes de este lugar, el Valle sigue más vivo que nunca. ¡Y debes visitarlo!