España
El País Vasco con los 5 sentidos
Un bello destino... para sentirlo.
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Puede que sean sus vinos, cuidados y suculentos; o tal vez, sus paisajes, abruptos y poderosos; quizás sean sus gentes, abiertas y cercanas. Sea como fuere, hay algo en aquellas tierras del norte que las hacen irremediablemente adictivas, sencillamente únicas. Hablamos de Ýlava, Guipúzcoa y Vizcaya. Hablamos de Euskadi. Nuestra ruta comienza en Vitoria, la capital administrativa y política del País Vasco y actual Capital Nacional Gastronómica, lo cual nos permite hacernos una idea más precisa de algunas de las tentaciones que nos esperan en esta ciudad repleta de zonas verdes. Aprovecharemos la cercanía para visitar la Rioja Alavesa y disfrutar de alguna de sus rutas enológicas, que nos llevarán hasta Haro, Laguardia, Samaniego y Elciego, entre otras localidades. Hacia el noroeste nos esperará la ría del Nervión. Recorreremos Bilbao con otros ojos, los de quien pasea por una urbe abierta al cambio que ha sabido renovarse como pocas. Nos adentraremos en sus zonas más industrializadas, símbolo del Bilbao de ayer, disfrutaremos del Guggenheim, nos atreveremos con su puente colgante y conoceremos más de cerca sus inmediaciones, desde Portugalete a Getxo. En busca del Cantábrico, tiraremos hacia el pueblo costero de Bermeo, desde donde –siguiendo la costa vasca- alcanzaremos Mundaka para contemplar desde arriba el estuario de Urdaibai, región en la que nos espera el peñón de San Juan de Gaztelugatxe, una ermita adentrada en el mar a la que accederemos previa subida de más de 230 escalones. Nuestras próximas paradas serán Getaria, localidad en la que se encuentra el prestigioso museo Cristóbal Balenciaga, y Zarautz, enclave surfero por excelencia de nuestra costa más septentrional, donde se halla además la playa más larga de Euskadi. Más hacia el este, con porte distinguido, nos recibirá San Sebastián con su bahía, su Palacio de Miramar, su Monte Urgull, su Peine del Viento, su eterna Parte Vieja. Tras degustar una buena ración de pintxos donostiarras seguiremos nuestro camino hasta llegar a Hondarribia, rozando el país galo, punto final de esta ruta pensada para el deleite de todos y cada uno de nuestros cinco sentidos. Disfrútenla.
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