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América Sur

Maras, la sal de la vida

El mejor condimento del mundo nace a 45 kms de Cuzco

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Quizá se deba a mi ignorancia geológica pero siempre había asociado las salinas al agua salada del mar hasta que descubrí las minas de sal de Maras en lo alto de unas hermosas colinas ubicadas en una de las zonas más espectaculares de Cuzco. Unas salineras que evocan un cuadro surrealista de tremenda belleza, gracias en parte a las vistas que desde esa altura tenemos del Valle Sagrado. Un paraje especialmente recomendable para los amantes de la fotografía y por supuesto para los del trekking y la bicicleta de montaña. Desde el pueblo de Urubamba, atravesando el río del mismo nombre por una carretera agreste que en la época de las lluvias se convierte en prácticamente intransitable, y tras una pequeña caminata descubrimos una visión mágica en la ladera de un cerro: Más de 3.000 pozas distribuidas en terrazas que crean la mejor sal de mesa del mundo. La sal de la vida. Y todo ello gracias a una fuente de agua termal muy salada que emerge de las entrañas de la tierra y discurre por la pendiente inclinada del terreno llenando los pozos de este milagro blanco. Una producción totalmente artesanal, complementaria de la agricultura de la zona, que se transmite de generación en generación desde las épocas incaicas cuando comenzó su explotación. Explotación reducida en parte porque al principio era destinada a la alimentación del ganado. Posteriormente durante el virreinato español, Maras se convirtió en uno sus principales abastecedores de sal y hoy en día es una de las sales más codiciadas en el universo gastronómico. Tras recorrer los caminos de esta mina nos podemos acercar al poblado, a unos 10 kilómetros. Fundado por los españoles en 1556, tuvo cierta influencia como se puede apreciar en los escudos de sus nobles casonas o en la Iglesia de San Francisco de Asís con sus cuatro retablos barrocos profusamente trabajados y recubiertos de pan de oro. Otra opción también cercana es visitar los restos arqueológicos de Moray, considerado un centro de investigación agrícola en la época inca donde se experimentaba con diversos cultivos a diferentes alturas.

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