LAGOS
Conoce el lago Inle, el más lleno de vida del mundo
No hablamos de animales o plantas, sino que la vida en el lago Inle va mucho más allá de eso.

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Si te pregunto acerca de la vida que crees que hay en un lago, ninguno en particular, probablemente me respondas que plantas acuáticas o pequeños animales como peces. Pero en Myanmar, rodeado de montañas, hay una de estas masas de agua que tiene más vida que ninguna otra en el mundo. Hablamos del lago Inle, que con sus 22 kilómetros de largo y casi 11 de ancho, es el hogar flotante de una cultura muy singular.
Este lago del sudeste asiático no sirve como hábitat natural de animales únicamente, sino que la población intha lo ha convertido también en su hogar. Y no, no lo has entendido mal en absoluto: no es que naveguen sobre el agua en barcas, sino que hacen vida flotando sobre él.
Los habitantes de esta zona de Myanmar han construido incluso sus casas dentro del lago Inle, sobre pilotes. Se mueven de un lado a otro en canoas, que sustituyen allí a cualquier coche, y hasta cultivan en el agua. Por raro que pueda parecer, las plantas y alimentos flotan sobre el agua, pues los intha han construido con sus manos auténticos jardines flotantes sobre balsas de algas y tierra.

Sin duda alguna, hace falta verlo para creerlo, porque resulta de lo más curioso. Pero es que en la cultura intha todo lo es. Los habitantes del lago Inle también viven de la pesca y se alimentan de ella, pero no utilizan cañas como muchos otros pescadores del planeta. Estos trabajadores reman con una pierna y hacen uso de la otra para equilibrar su cuerpo; con las manos manejan las redes con las que capturan a los peces.
Los intha han adaptado completamente su vida al agua, y no cabe duda que recorrer el lago y sus canales, visitando los distintos pueblos flotantes, es una experiencia de aquellas que se tornan inolvidables. Sin embargo, esta puede completarse si el viajero decide sumergirse todavía más en esta cultura tan particular, y para ello hay varias actividades posibles.
Una de ellas es adentrarse en los distintos monasterios del lago Inle, como son el Pagoda Phaung Daw Oo o el monasterio Nga Phe Kyaung, en el que viven gatos entrenados. Otra posibilidad es pasear por los mercados itinerantes, que se mueven de un pueblo a otro del lago cada cinco días. En ellos, se pueden adquirir productos locales, así como artesanía tradicional, que se basa principalmente en tejidos hechos con hilos de flor de loto.
Todas estas cosas son únicas, por eso merece mucho la pena coger una barca y salir a navegar por este lago, que no tenemos duda alguna que es uno de los más llenos de vida del planeta, sino el que más.
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