TARRAGONA
Flamencos y arrozales: El paraíso del Delta del Ebro
El Parque Natural del Delta del Ebro es un auténtico paraíso. Un lugar idóneo para el avistamiento de aves entre enormes arrozales.

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El Ebro es el segundo río más largo de toda la península ibérica. También el segundo más caudaloso. Ahora bien, en lo que respecta a su paisaje, en especial en la zona de la desembocadura, no tiene nada que envidiar al resto de los ríos del país.
Con nacimiento en Cantabria, el Ebro recorre buena parte del territorio nacional hasta llegar a Tarragona. Allí alcanza el Mediterráneo, dejando a su paso el emblemático Parque Natural del Delta del Ebro. Un extenso terreno repleto de arrozales y lagunas que resulta ideal para el avistamiento de aves.
La ruta por este entorno natural es de lo más sorprendente. Partiendo de la laguna de les Olles, la más pequeña de la zona, ya se pueden ver los primeros flamencos del parque. En especial si se sube a la torre mirador para contemplar esta bella estampa.
Los campos de arroz del Goleró continúan el itinerario, caminando entre canales y puentes. Finalmente, se llega a la Playa de l'Arenal, ideal para la práctica de kayak o paddle surf (aunque ir cargado en una primera visita al Delta del Ebro no es la mejor de las ideas).
Si bien los majestuosos flamencos son uno de los principales atractivos ornitológicos de este ecosistema, no son más que una de las muchas especies de aves que allí habitan. Cormoranes, patos, gaviotas, charranes, limícolas... Multitud de pájaros han hecho del Delta del Ebro su hogar.
Este Parque Natural es una de esas excursiones que toca hacer al menos una vez en la vida. Y, teniendo en cuenta que es una región de costa, aprovechar el verano nunca está de más. Al terminar la ruta, el baño en el Mediterráneo y, por qué no, un buen arroz en un restaurante son la mejor de las recompensas.
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