Una aventura 'a lo Indiana Jones' en el templo de Chavín

Chavín fue una de las culturas más importantes de la época preinca. Su templo principal, todavía en pie en el departamento de Áncas, resulta absolutamente fascinante. Más cuando uno descubre que fue uno de los principales oráculos de Perú y que se remonta nada más y nada menos que al año 1400 a.C.

El templo de Chavín de Huántar era un centro al que acudían los habitantes del lugar para recibir las respuestas de las divinidades, al tiempo que dejaban ofrendas a los dioses. La divinidad suprema todavía se puede ver representada en el interior de esta edificación. El Lanzón o Dios Wari, es un gran monolito esculpido de casi 4 metros de alto, con forma de punta de lanza, al cual se puede llegar atravesando unos pasadizos estrechos.

Lo mejor de visitar este sitio arqueológico es que uno se va a ver inmerso en una auténtica aventura a lo Indiana Jones. Porque la visita al monumento incluye un recorrido por estrechas galerías y plazas de piedra. Parece ser, que este lugar fue elegido bajo estrictos criterios mágicos y religiosos, lo cual ya da un apunte de lo emocionante que es sumergirse en su interior. Capital de la Cultura Chavín, fue el centro de peregrinación y de culto religioso más concurrido del mundo andino pre incaico.

Lo más curioso de este templo, y lo que resulta verdaderamente más fascinante si cabe, son su dimensiones, similares en altura, largo y ancho a las del Templo de Salomón en la ciudad de Jerusalén. Increíble pero cierto. Con otra particularidad, y es que, su entrada también mira al Oriente, hacia el lugar por el que sale el Sol.

En las paredes exteriores aún se puede ver una de las cabezas clavas, un rostro zoomorfo tallado en piedra, que servía para resguardar el templo. Antiguamente eran grupos de esculturas las que hacían las funciones de guardianes mitológicos del templo. Destaca también en la zona la pirámide Tello, la plaza Circular, la plaza Rectangular, las plataformas Norte y Sur Norte, el Templo Nuevo y el Templo Viejo. Ya solo visitar el exterior es verdaderamente mágico. Pero lo mejor es adentrarse en el interior.

La compleja red de caminos y galerías de piedra están iluminadas por haces de luz que penetran a través de conductos estratégicamente situados, algo verdaderamente impresionante si uno piensa en la época en la que fue construido. Y el Lanzón, el monolítico de piedra tallada, impresiona con sus 4,54 metros de altura. Con forma de gigantesco cuchillo labrado, representa una imagen antropomorfa con motivos de felino, ave y serpiente.

En el pueblo de Chavín de Huántar, a pocos minutos del sitio arqueológico, se encuentra el Museo Nacional de Chavín, que exhibe piezas arqueológicas en el que además podrás conocerlo todo acerca de esta fascinante civilización. Aquí se exponen y estudian  los bienes culturales recuperados tanto en la zona del monumento, como los  encontrados en el pueblo, desde la época en que fue excavado por primera vez. En el museo se pueden ver piezas como el Obelisco Tello, los pututos, las cabezas clavas, vasijas de cerámica y otros objetos, que nos hablan del alto grado de desarrollo que alcanzó la cultura andina en Chavín.

Para llegar allí hay que tener en cuenta que la carretera no se encuentra en muy buen estado, pero el paisaje es realmente bellísimo, ya que hay que atravesar la Cordillera Blanca, y se pueden ver nevados y lagunas durante el recorrido. A 3.140 metros sobre el nivel del mar, el clima en la zona es templado y frío a la vez, con una temperatura media de unos 16 °C. Y el momento ideal para visitar la zona es entre mayo y septiembre.

Chavín de Huántar alberga los edificios de piedra tallada más antiguos del Perú, y no hay ningún pueblo o cultura que lo supere en cuanto a técnicas arquitectónicas, por este motivo, la UNESCO lo declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad. Y por ese motivo recomendamos visitarlo. Es un destino fantástico para los amantes de los sitios arqueológicos y los misterios de antiguas civilizaciones.

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Chavín de Huántar