MEMORIA

¿Qué venía yo a hacer a la cocina? Así funciona (y falla) la memoria prospectiva

Es de lo más común ir a una habitación con un propósito claro y, de repente, olvidar qué íbamos a hacer. También nos solemos olvidar de algo que queríamos decir durante una conversación. Son algunos ejemplos muy claros de cómo falla la memoria prospectiva.

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Es de lo más común ir a una habitación con un propósito claro y, de repente, olvidar qué íbamos a hacer. También nos solemos olvidar de algo que queríamos decir durante una conversación. Son algunos ejemplos muy claros de cómo falla la memoria prospectiva.

La memoria no se lleva a cabo en una única área del cerebro, y por eso está fragmentada en muchos sectores distintos. Es el caso de la memoria prospectiva, que se lleva a cabo en el giro parahipocampal. Esta forma de memoria está vinculada con nuestra intención de llevar a cabo acciones planificadas o futuras. Puede ser algo inmediato, o algo dentro de un tiempo, como una cita médica la semana que viene. Sin embargo, no es raro que falle.

La clave está en la atención, ya que la memoria prospectiva es muy sensible a las distracciones. En el momento en que algún estímulo nos distrae, es probable que perdamos el hilo de lo que íbamos a hacer. Este tipo de memoria no se puede entrenar con ejercicios mnemotécnicos. Su funcionamiento depende de nuestra concentración.

Hay algunas variables que afectan a la sensibilidad de la memoria prospectiva. Dormir poco hace que seamos más susceptibles de olvidar estas cosas. El cansancio acumulado afecta directamente a nuestro cerebro, por ello es recomendable el descanso por las noches y por el día, aislándote de las actividades cuando puedas y dejando a la mente relajarse.

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