¿ES POSIBLE?

El plan de Putin y Jingping: la inmortalidad gracias al trasplantes de órganos

Ambos jefes de estado fueron captados discutiendo esta posibilidad... ¿Real o fantasía?

El presidente ruso, Vladimir Putin, con su homólogo chino, Xi Jinping

El presidente ruso, Vladimir Putin, con su homólogo chino, Xi JinpingGetty

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Recientemente, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue captado en diálogo con su homólogo chino, Xi Jinping, sobre trasplantes de órganos y cómo estos podrían permitirnos "vivir cada vez más jóvenes, e incluso quizás alcanzar la inmortalidad. Se predice que en este siglo podría ser posible vivir hasta los 150 años".

Las risas que siguieron sugerían que podía tratarse de una broma. O un modo de desestimar, de cara al público, lo que estaba sucediendo, pero ¿y si esta es la intención? ¿Es posible duplicar nuestra esperanza de vida mediante trasplantes?

De acuerdo con cifras del Observatorio Mundial, en 2023 se realizaron 171.762 trasplantes de órganos en los 89 países que habían facilitado sus datos a 15 de agosto de 2024. Es decir, se salvaron casi 200.000 vidas en un año. A esto hay que sumarle que los continuos avances en medicina y tecnología permiten que estos órganos duren mucho más una vez trasplantados. Algunos pacientes han recibido un trasplante de riñón que ha funcionado durante más de 50 años.

Pero no es tan sencillo: la vida útil de un órgano depende de la salud del donante y del receptor, además de su cuidado. Por ejemplo, si recibe un riñón de un donante vivo, la expectativa de vida es de 20 a 25 años, pero si el donante ha fallecido, la expectativa se reduce a 15 o 20 años.

El tipo de órgano también es importante. Un hígado puede durar unos 20 años, un corazón 15 años y los pulmones casi 10 años. Así, cuando Putin y Jinping hablan de trasplantar, probablemente se refieran a múltiples órganos. Y en varias oportunidades.

A esto hay que sumarle que, al pasar por un quirófano, estamos haciendo una apuesta. Puede que a los 30 años no sea tan importante, pero a partir de los 60 y más si se hace de forma repetida y múltiple, el trasplante se convierte en una práctica de riesgo. Sin contar que, quienes reciben un órgano también deben tomar inmunosupresores de por vida que pueden tener efectos secundarios, como hipertensión arterial, y aumentar el riesgo de infecciones... sobre todo a muy largos plazos, como pensar en 60 o 70 años.

Una opción para salvar estos obstáculos es crear órganos a partir de células madre de los propios pacientes.

Las células madre tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo de célula o tejido del cuerpo. Solo hay dos problemas. Hasta ahora no se ha conseguido crear órganos humanos completamente funcionales y trasplantables, aunque cada vez estemos más cerca.

Esto evita posibles problemas de rechazo, reduce la necesidad de medicamentos, pero, segundo problema, no evita la necesidad de pasar por el quirófano.

Quizás, más que los trasplantes, la opción sería la regeneración. Aunque parezca ciencia ficción, nuestros órganos se regeneran para mantener sus funciones.

La frecuencia de regeneración de los órganos varía drásticamente según el órgano: las células del revestimiento intestinal se renuevan en días, las de la piel en semanas, las células del hígado en aproximadamente 6 a 12 meses y los glóbulos rojos en aproximadamente cuatro meses.

Actualmente los científicos están trabajando en diversas estrategias para acelerar la regeneración de órganos, incluyendo el uso de factores de Yamanaka ("claves genéticas" para reprogramar células maduras en células madre pluripotentes inducidas). Esta estrategia facilitaría la formación de nuevos tejidos, como la mayoría de los músculos de nuestro cuerpo.

También contamos con la edición genética. Tecnologías como CRISPR pueden prevenir el daño orgánico mediante la edición de genes responsables de trastornos genéticos, lo que favorece la salud orgánica desde su base.

Solo hay un inconveniente que aún no hemos salvado. Mientras muchas de las células de nuestro cuerpo se regeneran (aun aquellas que lo hacen cada 10 años podrían servirse la de la ciencia para acelerar el proceso) hay otras, como las células óseas y algunas células cerebrales, que se renuevan mucho más lentamente o no se renuevan en absoluto. Y, finalmente, tenemos las células del músculo cardíaco, que solo se regeneran parcialmente a lo largo de la vida.

Conclusión: Si nuestros huesos tienen dificultad para regenerarse y no pueden trasplantarse, nuestras neuronas le siguen el mismo camino y el corazón también forma parte de esta triada, no importa cuántos órganos nuevos tengamos. La clave está en el corazón y el cerebro.

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