SALUD
Esta infección común se está volviendo rápidamente resistente a los medicamentos, según los expertos
La candidiasis es una de las infecciones más comunes. Está causada por el hongo Candida que cada vez es más resistente a los medicamentos antimicóticos.

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La candidiasis es una infección fúngica causada por el hongo Candida albicans, que está presente en distintas partes del cuerpo como la boca, la vagina o la piel. En pequeñas cantidades, la presencia de este hongo es normal y no causa ninguna enfermedad. Sin embargo, su crecimiento excesivo y repentino es lo que provoca el problema.
Es una de las infecciones más comunes que se trata fácilmente con medicamentos antimicóticos. Sin embargo, cada vez más especies de Candida están desarrollando resistencia a este tipo de medicamentos.
Según un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, al menos el 7% de de las muestras de sangre de Candida analizadas eran resistentes al fármaco antimicótico fluconazol. Esto supone que cada vez sea más difícil tratar este tipo de infecciones y podría contribuir al aumento de candidiasis recurrente, pues los hongos están aprendido a sobrevivir a pesar de la presencia de medicamentos que lo intentan destruir.
La Candida puede desarrollar esta resistencia a través de mutaciones genéticas o mediante la formación de biopelículas resistentes. Las capas viscosas de células fúngicas forman una barrera ante la entrada de los fármacos.
Los factores que contribuyen a que nuestro cuerpo se resista ante este tipo de fármacos son su uso indebido y excesivo de antimicóticos y la propia escasez de ellos.
El aumento de las temperaturas ambientales, el estrés ecológico y el uso de fungicidas también están creando condiciones que favorecen las cepas de Candida tolerantes al calor y resistentes a los fármacos, como Candida auris, que es altamente resistente a múltiples clases de fármacos antimicóticos y puede causar una infección grave en personas que tienen un sistema inmunológico debilitado.
La cándida no suele causar daño en condiciones normales, siempre y cuando se tenga un sistema inmunitario sano. Mantener un microbioma sano es clave para protegerse: las bacterias beneficiosas del cuerpo ayudan a controlar los niveles de cándida y evitan que crezca excesivamente y se vuelva problemática.
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